¡Viva la Pepa!
CONCEJAL DEL PSOE EN EL AYUNTAMIENTO DE CÁDIZActualizado:Es el grito de reivindicación de una Constitución desgraciada. Como la misma historia de la vida constitucional española. Fue nuestra primera Constitución, la de 1812, hecha en Cádiz para España y para América y Filipinas, precisamente cuando empezaba a desangrarse el Imperio Español, entre otros motivos por la ocupación de la metrópolis y la exigencia de una mayor autonomía de todo tipo en las colonias, y quizá también porque como dijo Edward Gibbon en la Historia de la decadencia y caída del imperio romano, de 1776,: «Todo aquello que es humano debe retroceder si no avanza».
No puede ser una Constitución feliz aquella que fue anulada por Fernando VII en 1814 y 1823, y nunca más estuvo en vigor. Quedó pues como un sueño liberal y el Viva la Pepa era el deseo de instaurar definitivamente el régimen liberal que ponía en marcha dicha Constitución, que nació y murió en Cádiz. Nació en el Oratorio de San Felipe aquel 19 de marzo del 12 y murió definitivamente en el año 23 a manos del Duque de Angulema con los Cien Mil y de Fernando VII nuevamente.
La historia constitucional de España conoció ocho constituciones que entraron en vigor, pero es aterrador conocer que de 1812 a 1978, en esos 166 años, hay 130 sin verdadera vida constitucional, con 62 años de negación absoluta y radical de las libertades al pueblo español. En todos esos años tan largos de nuestra historia los conservadores no miraron nunca a Cádiz. El código gaditano quedó como mito añorado de los que soñaban y luchaban por las libertades perdidas por los españoles. Estamos orgullosos de la Constitución Gaditana pero duró un suspiro. El recientemente fallecido Juan Marichal cuando participó en el ciclo 'La hora de España', en Cádiz, habló de la intensidad emocional que le producía volver a esta ciudad y de la entonación gaditana del sustantivo liberal. Y es que es en las libertades y en la aventura y desventura de la libertad en España donde debe estar la raíz de esta conmemoración.
Tenemos Comisión Nacional, tenemos Consorcio e incentivos fiscales como acontecimiento de excepcional interés público, al máximo nivel, para conseguir patrocinios, tenemos declarados Edificios Constitucionales de España el Teatro de la Cortes y el Oratorio de San Felipe, tendremos Puente de la Pepa, de la Constitución o del Bicentenario, Puente, al fin y al cabo, y confirmada sin duda la Alta Velocidad
Española (AVE), Oratorio y Castillo de San Sebastian restaurados, grandes exposiciones históricas, de pintura moderna y contemporánea, eventos musicales de primer nivel y hemos de tener la ambición de país de poner en lo más alto nuestra primera Constitución para que los actos de su bicentenario sean similares a los que los EE UU de América y Francia organizaron en sus celebraciones del segundo centenario de sus actas fundacionales constitucionales, aunque en un caso significara el nacimiento de una nueva nación y en otro el de una revolución que contagió al mundo. E incluso tendremos la propuesta para lograr una celebración conjunta de las tres constituciones que más han influido en el mundo -la americana, la francesa y la gaditana- para que se le traslade al mundo entero que España, desde Cádiz, estuvo en la hora de las grandes revoluciones atlánticas que tenían por bandera la igualdad y la libertad en el mundo y los valores del individuo como ciudadano, que no súbdito, y fueron los liberticidas de siempre los que descabalgaron a nuestro país de la senda importante del mundo contemporáneo.
Jiménez de Asúa, que presidió la elaboración de la Constitución de 1931 dijo que «Si la República no había de venir a mudarlo todo, no merecería la pena haberla traído». Con la de Cádiz pasó lo mismo. Se mudó por completo al Estado y a sus leyes y se pasó al español de súbdito a ciudadano con derecho a la libertad, a la propiedad y a los demás derechos legítimos de todos los individuos. No pudo ser. Que la Fundación Constitucional que tambien se pretende hacer se encargue de poner en valor nuestro legado constitucional y su irradiación por el mundo porque hace falta construir ese edificio por los largos años de dictadura que hemos sufrido en España que han significado que el hecho constitucional casi nunca haya estado en el centro de las preocupaciones de nuestra nación desgraciadamente. Viva la Pepa.