«El Brujo Satán me decía que mi hijo moriría en un accidente si no hacía el rito»
Una de los supuestas personas estafadas por Carlos Javier Rojas llegó a vender su casa para poder pagar a un trabajo espiritual
CÁDIZ.Actualizado:«Los clientes me llamaban para echarles las cartas o para hacerles un trabajo espiritual, o para hacer una güija a través del Diablo, yo les decía cuánto costaba, me pagaban y se hacía el trabajo». Un negocio legal y aparentemente lícito entre dos partes. Así lo recordaba ayer viernes, Carlos Javier Rojas Luna, supuesto líder de una secta en Chiclana, en la entrevista concedida a este periódico en el que se declaraba inocente del delito de estafa del que fue detenido e imputado en octubre de 2009, en la 'operación Creador'.
Sin embargo, los negocios no siempre son tan limpios, lícitos y legales, cuando una de las partes se ve amenazada o tiene miedo de sufrir represalias. Sobre todo cuando creen que éstas vienen del más allá. Entonces los 'clientes' pasan a ser víctimas de engaños, como las que algunos de los seguidores de Carlos Javier Rojas dicen haber sufrido.
«Me tenía la mente bloqueada, y medio tonta perdida; me decía que mi hijo mayor estaba en la droga y que una noche de juerga iba a sufrir un accidente y sería atropellado por la rueda de un camión y moriría en el acto; pero que para sacar a mi hijo de la droga, el trabajo espiritual, valía muchos millones de pesetas». Esta amenaza velada era recordada, entre lágrimas, por una de las supuestas víctimas del 'Brujo Satán' -como se anunciaba Carlos Javier Rojas-, con la que LA VOZ se puso ayer en contacto.
Durante casi un año y medio, entre 2008 y 2009, esta mujer vecina de Huelva -que prefiere ocultar su nombre- acudió cada fin de semana al chalé de la calle Buitre de Chiclana -donde vivía Carlos Javier Rojas- a recibir todo tipo de tratamientos de santería. «Llegaba el viernes y me marchaba el domingo», recuerda.
Algunos rituales satánicos a los que se sometía eran aparentemente inocentes: «Me sacaban sangre de los dedos y los metía en una vela con forma de muñequita negra y luego la encendía». Otros, en cambio, eran algo más macabros, como el sacrificio de animales que, sin embargo, Carlos Javier reduce a la muerte de un solo gallo y a rituales con corazones de vaca. «Delante de mí, hacía cosas muy fuertes, que me daban mucho miedo», recordaba ayer la mujer.
Buscaba un empleo
Cuando se puso en contacto con el supuesto estafador, esta víctima sólo pretendía que le consiguiera un trabajo. Sin embargo, según relata, nunca logró un empleo y acabó vendiendo la casa de sus padres para sufragar el coste de los hechizos: «Como yo no tenía economía ninguna, me dijo que tenía que entregarle la casa de mis padres», asegura. «Le di un poder para que él pudiera venderla sin la firma de mis padres. La vendió enseguida, y el dinero se lo metió en el bolsillo», recuerda.
Sin embargo, con el tiempo, se dio «cuenta de lo que ellos -Carlos Javier y su esposa, Marisa M. P.- estaban haciendo» y acudió a la Guardia Civil de Chiclana a denunciarlos, aunque su caso no fue el primero del que los agentes tenían conocimiento, ya que otra mujer -de Sevilla- había denunciado previamente las supuestas prácticas de Carlos Javier. También aquella supuesta víctima dijo haber vendido su casa para entregar el dinero al 'Brujo Satán', aunque él negó a este periódico que se quedara con el dinero. En aquel caso, recogido por LA VOZ tras la detención de Carlos Javier y su esposa, la mujer también denunciaba haber sufrido «vejaciones y amenazas» por parte de aquel santero con acento gaditano, que decía tener contactos con el maligno.