Doble asesinato en Afganistán
El atentado destapa con toda crudeza la situación del país, que es de guerra civil
Actualizado:Dos guardias civiles asesinados elevan desde ayer a 92 los militares españoles fallecidos en el conflicto de Afganistán. En esta ocasión, el asesino ha sido un talibán infiltrado que gozaba de la confianza de uno de ellos y era su chófer desde hace algunos meses. El criminal ha abierto fuego contra los guardias civiles y un intérprete nacionalizado español, que también ha muerto, en medio de una clase de adiestramiento a policías autóctonos, y ha sido abatido por compañeros de los fallecidos. Tras este hecho luctuoso, reivindicado por los talibanes, ha habido incidentes en la localidad de Qala-i-Naw, donde está la antigua base española en la que se impartía la instrucción. Cientos de personas convocadas por extremistas han intentado asaltar la instalaciones y han producido daños, hasta que la policía afgana ha conseguido dispersar a los enfurecidos nativos. Es la primera vez que se hace visible esta hostilidad, poco comprensible al beneficiarse la población local de numerosos proyectos de ayuda a cargo de la Agencia Española de Cooperación Internacional que mantiene una oficina técnica en la zona. Lo ocurrido destapa con toda crudeza la situación en aquel país, que es de verdadera guerra civil y en que los talibanes -los mismos que fueron teóricamente apartados del poder después de los atentados de 2001- mantienen una presencia creciente. Pese a esta evidencia amenazadora, Obama, preso de sus promesas y de la opinión pública de su país, mantiene su intención de comenzar la retirada de Afganistán el próximo año. Es evidente que los demás países de la OTAN que mantienen tropas en el país seguirán su ejemplo. Ante esta claudicación, no es impertinente preguntarse cuál es el papel actual de las fuerzas aliadas en Afganistán. La eliminación de la amenaza talibán parece descartada y todo indica que la comunidad internacional se dispone a abandonar a los afganos a su suerte. En estas circunstancias, y como dijo ayer el diputado Duran i Lleida «hay que acabar con la manera de abordar este tema a la que nos tiene acostumbrados» la ministra de Defensa, Carme Chacón:«como si el Ejército hiciera de ONG en Afganistán e ignorando la existencia de una guerra que muy posiblemente la comunidad internacional tenga perdida».