McCain sale respaldado de las primarias republicanas

Muchos de sus correligionarios le desprecian por no haber sido capaz de impedir la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca, pero, cuando John McCain retuvo su asiento al Senado dentro del Partido Republicano, resucitó las ilusiones de la derecha al predecir el fin del reinado demócrata.

«Estoy convencido de que los republicanos ganaremos en noviembre y recuperaremos la mayoría en ambas cámaras del Congreso», aseguró. «Y cuando lo hagamos pararemos el gasto fuera de control, las subidas de impuestos y el Obamacare (plan sanitario). Mantendremos a las familias en sus casas, crearemos nuevos empleos y permitiremos a las empresas que crezcan sin la interferencia del gobierno. Aseguraremos nuestras fronteras, defenderemos nuestra nación y traeremos a casa a nuestras tropas victoriosas en Afganistán con honor», vaticinó.

Era el decálogo conservador que mueve la frustración de los votantes, en un año de crisis económica donde todo el mundo quiere pasar factura a los que ostentan el poder. Motivo por el que McCain llegó a ver en peligro su liderazgo en Arizona por primera vez desde que fuese elegido senador en 1987.

Para vencer a J. D. Hayworth por 25 puntos ha tenido que invertir 21 millones de dólares en una campaña mediática bien coordinada que ha hecho trizas la imagen de su rival, apoyado por el 'Tea Party'. La fuerza de este nuevo movimiento de la política estadounidense también se medía en las primarias del martes. Ahí, la ex gobernadora de Alaska Sarah Pallin se apuntó varios tantos. En Alaska, estado del que fuera gobernadora, su candidato, el desconocido Joe Miller, consiguió empatar con la favorita y enemiga de Pallin Lisa Murkowski. El candidato se decidirá en los votos por correo.

En Florida también se puede apuntar un punto con la victoria del millonario Rick Scott, tras invertir la cifra de 50 millones de dólares de su bolsillo.