Los retos económicos
El Gobierno afronta la vuelta de las vacaciones con los Presupuestos y las reformas laboral y de las pensiones en el aire
Actualizado: GuardarMañana, el presidente del Gobierno presidirá la comisión delegada de asuntos económicos, que no tendrá un orden del día concreto pero de la que se derivará el programa de actuación de los próximos meses. Hace dos años, en ocasión semejante, la comisión presidida también por Rodríguez Zapatero estableció el programa de reformas que se ha desarrollado hasta hoy, a salvo, claro está, de las severas medidas de ajuste que han venido impuestas por el consenso europeo. La reunión, a la que asistirán todos los ministros económicos, tendrá también por objeto unificar el discurso y plantear una estrategia contra la anunciada huelga general. En esta ocasión, los retos que habrá de encarar el Gobierno son arduos y complejos. Primeramente, deberá perfilar las cuentas públicas, resolviendo de paso el antagonismo creado entre el ministro de Fomento, que querría elevar impuestos para recuperar inversión, y la vicepresidenta económica, que prefiere primar el crecimiento económico, aceptando si acaso un nuevo tramo del IRPF para las rentas más altas. También es lógico que se analicen las contrapartidas que habrá que ofrecer a las minorías que puedan apoyar los Presupuestos, de momento el PNV y CC. En segundo lugar, la comisión tendrá que tomar decisiones sobre los términos definitivos de la reforma laboral. Entre ayer y hoy, se incorporarán las enmiendas del Senado al texto del proyecto de ley, que regresará al Congreso el 9 de septiembre para la votación definitiva. Finalmente, el Gobierno deberá fijar su posición sobre la reforma de las pensiones, que probablemente se basará en dos elementos: elevación de la edad de jubilación de 65 a 67 años y ampliación del período de cálculo de la pensión, de 15 a 20 años. Las propuestas del Pacto de Toledo deberán llegar al Gobierno en septiembre. De las conclusiones que obtenga el Gobierno en esta reunión, de la firmeza que transmita y de cómo anuncie el plan económico a la opinión pública dependerá el éxito o el fracaso de la huelga general convocada por los sindicatos para el 29 de septiembre, y que hoy por hoy no encuentra demasiada receptividad entre una ciudadanía que está dispuesta a asumir sacrificios con tal que se le ofrezca unas expectativas claras y con fundamento.