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Jerez

Unas vacaciones al rescate de la naturaleza

Jóvenes de dentro y fuera de España dedican sus días de asueto a recuperar Montes de Propios

JUAN BLANCO* ciudadanos@lavozdigital.es
JEREZ.Actualizado:

Ni descanso, ni playa. La opción elegida para pasar sus vacaciones por los jóvenes que participan estos días en el campo de trabajo 'Alcornocales 2010' es justo la contraria: trabajo y montaña. Y algunos han venido expresamente para ello desde lugares tan lejanos como Corea del Sur, o de otros más cercanos como Italia, Francia, Polonia o Alemania.

O de «justo al lado de la Catedral», como dice Francisco Campos, un jerezano de 22 años que ocupa como puede su tiempo mientras espera para poder concurrir en unas oposiciones para maestro. En esta motivación coinciden con él en mayor o menor medida los 22 voluntarios de entre 18 y 30 años que se hospedan desde el pasado día 14 en el cortijo de Rojitán, cedido por el Ayuntamiento. Pero también la de contribuir a la conservación de la naturaleza, conocer gente de otros países y pasarlo bien. Y no necesariamente en ese orden.

En el ambiente que se respira una mañana cualquiera de este cortijo se entremezcla el recuerdo a 'camping' clásico de piqueta y barbacoa con las consecuencias posteriores a una noche de fiesta Erasmus repleta de estudiantes extranjeros. Melissa Skrobiszewska, de 20 años, es una de las primeras en aparecer: alta, rubia y de ojos azules. Pero de Granada: «Mis padres son polacos».

Pronto será Laetitia, estudiante veinteañera de Literatura llegada desde «cerca de París», la primera extranjera en ponerse en pie. «Anoche estaba muy graciosa en los juegos», asegura Francisca Alonso, la traductora del grupo. Y Laetitia, aunque se desenvuelve con soltura con el castellano, a primeras de cambio se vuelve hacia una compañera y le pregunta, causándole la risa: «¿Qué significa graciosa?».

Esfuerzo y distensión

Aquí la diversión es, en parte, una excusa. Poco a poco, conforme se van despertando, los chicos se van haciendo a la idea del plan para la jornada, olvidan la pereza en la cama y echan mano al pico y a la pala. Quedan senderos por señalizar, las cuatro rutas abiertas al público de los Montes de Propios de Jerez, dentro del Parque Nacional de los Alcornocales: Rojitán, Cerro del Charco, Brañahonda y La Albina.

«Pronto éste será el único futuro que tendrá el parque», augura en referencia al turismo Francisco Sánchez, director del campo de trabajo. Y se explica: «La actividad cinegética puede que siga, pero el corcho está perdido». Por ello, para prevenir la coincidencia de la montería con el senderismo en una zona de cada vez mayor actividad pedestre, las rutas únicamente pueden realizarse previo aviso a la Delegación de Medio Ambiente del Ayuntamiento. «Al menos ahora están abiertos los caminos, hace cuatro años no lo estaban», añade Sánchez.

Unión de culturas

A través del boca a boca, Jerez llegó a Asia. Fue un amigo el que les recomendó esta zona de España a las coreanas Eun Joo, trabajadora social de 27 años, y Min Jeong, estudiante de Química de 22. A diferencia de Joo, para quien en su profesión le son útiles estos campos e incluso ha realizado ya otros en la vecina Francia, Jeong asegura que su motivación para venir desde tan lejos es la de «vivir una nueva experiencia en un país diferente».

«¿Y qué hará un informático de Jaén que trabaja en Madrid aquí metido en sus vacaciones?», se pregunta Antonio Sequera, quien el resto del año participa en el proyecto de fusión entre Telefónica y Movistar. La respuesta es más sencilla en el caso de Ramón Reina, estudiante sevillano de Magisterio Musical: «Mi hermano no pudo venir y mis padres me enviaron en su lugar».

Lo que sí está claro es que aquí todos ganan: Jerez recupera parte de sus montes, los jóvenes se lo pasan en grande y algunos padres consiguen estar sin hijos unos días más.