Los cooperantes se vieron con su captor el pasado domingo
Al Qaida del Magreb Islámico ya no retiene en su poder más rehenes europeos en los países del Sahel
RABAT.Actualizado:Albert Vilalta y Roque Pascual volvieron a encontrarse con Omar Saharaui, el hombre que organizó su secuestro, el día que fueron liberados. Los tres llegaron a compartir un coche durante la tarde del domingo, cuando los cooperantes estaban siendo trasladados a la frontera con Burkina Faso.
Las imágenes de la agencia mauritana «Sahara Media», muestran a Omar Sidi Ahmed Uld Hama, conocido como 'Omar Saharaui', bromeando incluso con los catalanes. «Omar nos llevó a hacer una excursión en el desierto», se escucha decir a los cooperantes en el vídeo de 30 segundos, según aseguró el presidente ejecutivo de la agencia, Abdulá Uld Muhamadi.
Saharaui, que fue extraditado desde Mauritania, se encuentra libre desde que pisó Mali. Su liberación, por la que AQMI ha peleado, ha sido una pieza clave en el desenlace del secuestro.Sin embargo, la excarcelación del maliense podría presentar problemas imprevistos a Mojtar Belmojtar, el líder de la célula terrorista que retenía a los españoles. «AQMI ha cometido un error», asegura el analista mauritano Isselmu Uld Mustafa, director del diario «Tahalil Hebdo», y es que «finalmente ha dejado que, a cambio de los rehenes, se libere a un mercenario maliense en lugar de la de los islamistas encarcelados en Mauritania».
El desenlace del secuestro de Vilalta y Pascual podría ocasionar por tanto fricciones dentro de la red terrorista islamista, asegura Mustafa.
A pesar de todo, la enorme suma de dinero que ha pagado España por la liberación de los cooperantes, que se calcula en algo menos de ocho millones de euros, a repartir entre mediadores y terroristas, beneficiará, de alguna forma, a los salafistas que Mauritania no ha conseguido liberar. Al Qaeda no sólo emplea esos fondos para subsistir y continuar su lucha sino que, además, envía dinero a las familias de los combatientes encarcelados, lo que les garantiza su lealtad.
Saharaui, pese a ser un mercenario y no un miembro del grupo seguidor de Bin Laden, es una pieza valiosa para AQMI. Gran conocedor del sur de Argelia, el norte de Mali y Mauritania y el Sáhara Occidental, el maliense puede aportar sus conocimientos a las células de Al Qaeda, formadas generalmente por milicianos muy jóvenes, recién salidos de los campos de entrenamiento en Afganistán. «Mercenarios o islamistas, los dos son utilizados por Al Qaeda para llevar a cabo los secuestros», opina el analista, para quien el grupo terrorista «considera importantes tanto a los unos como a los otros».
Belmojtar podría haber intentado mandar un mensaje a sus filas y a todos sus colaboradores con la puja por la liberación de Saharaui. La idea de que «no sacrificamos a nuestros aliados», acuerda la agencia mauritana «Sahara Media», podría calar en futuros cómplices.
Nuevos objetivos
Y es que el grupo terrorista tendrá que volver a confiar en la red de soplones, chivatos y mercenarios que avisan a jeques de Al Qaeda en el desierto, ya que Vilalta y Pascual han sido los dos últimos rehenes que quedaban en manos de Al Qaeda en el Magreb Islámico. Casi con toda certeza, la banda intentará raptar a nuevos objetivos para seguir financiando sus actividades terroristas.
Desde noviembre de 2009, cuando fueron secuestrados los españoles, AQMI ha capturado a siete europeos y, según la agencia AFP, a dos malienses. El francés Pierre Camatte, de 61 años, fue puesto en libertad el 23 de febrero pasado, la española Alicia Gámez, el 10 de marzo y el matrimonio italiano compuesto por Sergio Cicala y Philomene Kaburé en abril. El galo Michel Germaneau fue ejecutado el 24 de julio.
Las circunstancias no están claras en cuanto a lo que pudo pasar con los dos malienses. Según la agencia francesa, se trata de un colaborador de aduanas y un militar malienses fueron secuestrados a principios de agosto y cuya identidad no ha trascendido. El primero fue ejecutado y, al segundo, Al Qaida le habría pedido que «se uniera a sus filas». Hasta ahora no se sabe a ciencia cierta qué ha sucedido con el militar.