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«Nos habían prevenido contra trampas sexuales»

El fundador de Wikileaks insinúa que el Pentágono puede estar detrás de la falsa acusación de violación por difundir informes secretos de Afganistán

ESTOCOLOMO. Actualizado: Guardar
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El fundador de la web Wikileaks, Julian Assange, desveló ayer desde su refugio en Suecia que ya se esperaba «trucos sucios» para que cejara en su empeño de difundir nuevos documentos secretos de EE UU sobre la guerra de Afganistán. El antiguo pirata informático australiano, que mantiene una tensa disputa con el Pentágono por la publicación de los informes, aseguró ayer en el periódico escandinavo 'Aftonbladet' que habían sido prevenidos por los servicios secretos de su país «contra trampas sexuales». Assange, de 39 años, fue acusado el sábado de un delito de violación y otro de agresión. Doce horas después, la Fiscalía sueca anuló la orden de detención y se retiraron los cargos.

El fundador de Wikileaks, que se encuentra en Suecia para sortear la presión de EE UU, negó desde el primer momento las acusaciones. Curiosamente, las dos presuntas víctimas no habían presentado denuncia. Ayer, los diarios suecos revelaron que los supuestos ataques de Assange se produjeron en las últimas dos semanas. La Fiscalía escandinava dio credibilidad a los asaltos y emitió rápidamente una orden de arresto. El ex 'hacker', que al parecer se encuentra en casa de un amigo en el norte sueco, no fue localizado, pero a través de Twitter defendió su inocencia. Apenas doce horas después, la fiscal jefe, Eva Finne, frenó las acciones en curso.

La rocambolesca situación generó todo tipo de suspicacias que ayer obligaron a las autoridades suecas a intentar explicarse. La fiscal de turno del viernes, responsable de la orden de detención, aseguró que recibió un informe de la Policía con los indicios «suficientes» para ordenar su arresto. Su superior, sin embargo, recibió el sábado nuevos datos que no se han hechos públicos que exoneraban a Assange.

Segunda remesa

El fundador de Wikileaks se apresuró ayer a abonar la teoría de la conspiración por su decisión de difundir 77.000 documentos del conflicto afgano. «No sé quién se esconde detrás, pero nos avisaron de que, por ejemplo, el Pentágono podría utilizar trucos sucios contra nosotros. Es más, nos habían prevenido contra trampas sexuales», subrayó Assange.

El antiguo pirata informático saltó a la fama el mes pasado cuando se hizo público que su web Wikileaks había tenido acceso a 92.000 documentos secretos norteamericanos. El Pentágono le instó a retirar de su web los informes porque identificaban a afganos que colaboraban con las tropas internacionales y su vida podía correr peligro. Assange, que se considera un abanderado de la libertad de prensa y un látigo para grandes corporaciones y gobiernos, desoyó las exigencias e incluso anunció recientemente que preparaba la publicación de otros 15.000 expedientes. El Departamento de Justicia investiga si los actos de Assange han violado las leyes de espionaje, pero al no ser estadounidense y trabajar desde fuera del país no está claro que se le pueda procesar.