La catástrofe se extiende en Pakistán
Las inundaciones devastan la parte norte del país y avanzan hacia el sur, donde dejan al menos 200.000 desplazados
Actualizado:La magnitud de la tragedia en Pakistán alcanza ya proporciones bíblicas. Las mayores inundaciones en 80 años, lejos de remitir, extienden su amenaza a las regiones del sur del país tras dejar devastadas las montañosas zonas del norte. El imparable avance de las aguas obligó ayer a desplazarse a 200.000 personas. La catástrofe mantiene sepultado al 20% del país, un área que equivale al tamaño de Suiza, Austria y Bélgica juntas.
Los problemas de accesibilidad mantienen aislados a buena parte de los 20 millones de afectados, que precisan urgentemente de comida y agua potable para librar la batalla por la supervivencia. «Necesitamos más capacidad aérea», solicitó ayer el portavoz de la oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios en el país, Maurizio Giuliano.
El activista explicó que «la única manera» de distribuir la ayuda a la mayoría de los damnificados es por vía aérea ya que se han destruido decenas de puentes, carreteras y numerosas infraestructuras. Al llamado de auxilio respondió Estados Unidos con 19 helicópteros y Afganistán y Emiratos Árabes con cuatro cada uno. Los aparatos se suman a los 60 de los que disponen las fuerzas de rescate de Islamabad. Las dificultades para llegar hasta las regiones golpeadas por las lluvias hacen que el número exacto de víctimas mortales continúe siendo un misterio. La ONU estima que el desastre ha segado la vida de al menos 1.600 personas, pero no descarta que la cifra real sea mucho mayor. «Todavía no sabemos cuántos han fallecido. Sólo podemos aguantar la respiración y esperar que las cifras sean menores». Así lo expresó el embajador del organismo internacional en Pakistán, Abdullah Hussain.
Kotri, la preocupación
Aunque el caudal de las aguas ha remitido en el norte del país asiático, la alerta máxima continúa en el sur por el desbordamiento del río Indo. Preocupa especialmente el enorme caudal de la presa Kotri, la última gran protección del Indo antes de llegar a su delta y desembocar en el mar Arábigo.
La ayuda internacional se vuelve cada vez más necesaria para paliar las necesidades del número cada vez mayor de damnificados. «La situación es cada vez peor. El agua va invadiendo nuevas áreas y cada vez hay más desplazados», explicó el coordinador en Islamabad de la Organización Internacional para las Migraciones, Saleem Rehmat. La desesperación crece entre la población, que se pelea a diario por recibir los ansiados suminitros.
La gradual toma de conciencia en torno a la gravedad de la tragedia ha acelerado la llegada de donativos durante los últimos días. La ONU, en una reunión de emergencia de la Asamblea General, informó que se han recaudado la mitad de los casi 360 millones de euros solicitados para frenar el caos en Pakistán.
A pesar de las mayores muestras de solidaridad con el país asiático, el secretario de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon ha dejado claro que el dinero recibido hasta ahora no resulta suficiente para afrontar el desafío. Moon subrayó que el desastre ha dejado más afectados que el tsunami en el Océano Índico en 2004, el terremoto de Cachemira de 2005 y el reciente terremoto de Haití.
La postura de las ONG islamistas contrasta con el llamamiento de ayuda hecho por Naciones Unidas. Las organizaciones paquistaníes han pedido al Gobierno que rechace los incentivos que reciba de la comunidad internacional ya que se sienten «capaces por sí solas de ayudar a la población». El miedo a sentirse en deuda con Occidente, especialmente con Estados Unidos, alienta este tipo de posturas. Washington encabeza la lista de los que más fondos han prometido a Pakistán. Le sigue Arabia Saudí, el principal mentor ideológico de las agrupaciones islamistas del país.