Vuelta a casa tras nueve meses de pesadilla
Al-Qaida en el Magreb libera a Roque Pascual y a Albert VilaltaEl canal Al Arabiya asegura que el Gobierno español ha pagado por el rescate entre cinco y diez millones de euros
RABAT.Actualizado:Ha sido el secuestro más largo perpetrado por Al-Qaida en el Magreb Islámico pero ayer, tras pasar casi nueve meses en el desierto del Sáhara, el suplicio se acabó para los españoles Albert Vilalta y Roque Pascual. Los cooperantes catalanes fueron puestos en libertad ayer, según aseguraron fuentes oficiales malienses y varios medios de comunicación árabes, que ligan la liberación con la extradición a Mali de Omar Saharaui, el captor de los catalanes. A última hora de ayer, el Gobierno no había confirmado aún la noticia y pedía «prudencia y responsabilidad».
La Agencia Catalana de Noticias (ACN) informó ayer de que Pascual había podido hablar por teléfono con su esposa para confirmarle su liberación y la de Albert Vilalta. Según dijeron fuentes oficiales a la agencia, el Ejecutivo no confirmará la noticia hasta que los cooperantes catalanes no estén a salvo en el avión que les conducirá a Barcelona.
La noticia de la puesta en libertad la adelantaba ayer el canal árabe de televisión 'Al Arabiya', que aseguró que el Gobierno habría pagado «entre 5 y 10 millones de euros» por su rescate. La liberación se habría producido gracias a un acuerdo entre varios países, según la emisora, que añadió que el mediador más importante en la negociación llegó la noche del sábado al domingo a la zona donde estaban retenidos los cooperantes. Otros medios árabes, como la agencia mauritana Sahara Media, aseguraban que los españoles se encontraban en la tarde de ayer «aún en Mali a la espera de las gestiones para su regreso a Madrid a través de un mediador».
La ONG de los cooperantes, Barcelona Acció Solidaria, aseguró ayer que las familias no tenían aún confirmación oficial del Gobierno, dijo por teléfono a este diario Josep Ramon Giménez, portavoz de la organización. Sí se conoce, sin embargo, que la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, llamó ayer al líder de la oposición, Mariano Rajoy, para informarle sobre la situación de los secuestrados, según señalaron a Efe fuentes del Partido Popular, que no desvelaron más detalles.
Vilalta y Pascual fueron secuestrados junto a Alicia Gámez el pasado 29 de noviembre en Mauritania, cuando recorrían, como miembros de una caravana solidaria que iba a entregar material humanitario en varios países del norte de África, la carretera que une la ciudad de Nuadibú con la capital, Nuakchot. Los cooperantes fueron raptados por un grupo liderado por Omar Sidi Ahmed Uld Hama, conocido como 'Omar Saharaui', un mercenario a sueldo de AQMI, que recibió, al parecer, 15.000 euros por el secuestro.
Los catalanes fueron trasladados entonces al norte de Malí y entregados a la célula de Al-Qaida comandada por Mojtar Belmojtar, que exigió un rescate económico por ellos. Sin embargo, el 5 de marzo, un comunicado de AQMI complicaba la liberación, ya que exigía además la excarcelación de varios presos islamistas en Mauritania a cambio de los españoles.
Extradición previa
Tan sólo cinco días después, Gámez era liberada debido, según los terroristas, a «su estado de salud» y a que se había convertido al Islam. La cooperante fue rescatada gracias a la mediación de Burkina Faso, a cuya capital, Uagadugu, llegó tras su liberación y de ahí partió el mismo día rumbo a Barcelona. Desde su regreso a España, ha permanecido en su casa completamente blindada ante los focos mediáticos. Según sus compañeros, la catalana había asegurado que no saldría hasta que Vilalta y Pascual fueran liberados.
'Omar Saharaui' fue detenido en febrero en Malí, y extraditado a Mauritania, donde fue juzgado y condenado a 12 años de prisión y trabajos forzados. Sin embargo, la semana pasada y por sorpresa, el mercenario fue extraditado a Malí, una acción que se interpretó como un avance en el transcurso de las negociaciones para liberar a los cooperantes.
Mauritania se había negado desde un principio a excarcelar a presos salafistas, tal y como exigía AQMI, pero no así Malí, que ya lo hizo a cambio del rehén francés Pierre Camatte. El traspaso de Saharaui a Bamako, donde no había cargos contra él, hizo presagiar que la liberación podría estar cerca.
Según aseguraron analistas mauritanos en ese momento, el mercenario podría haber sido reclamado por AQMI debido a su profundo conocimiento de las rutas del desierto, que lo haría muy valioso para la organización terrorista, o como forma de hacer ver a sus seguidores que Belmojtar se preocupa de aquéllos con los que colabora.
La liberación de los catalanes se produce menos de un mes después de que otra célula de AQMI asesinara al rehén francés Michel Germaneau. La ejecución del galo se produjo, según los terroristas, en represalia por la operación militar franco-mauritana que intentó liberar, frustradamente, a Germaneau en Malí y que mató a seis milicianos de Al-Qaida.