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SEXO PÚBLICO Y A PLENA LUZ

La práctica impune del 'cruising' es un problema más que añadir a la cuenta de El Puerto, una de las zonas más privilegiadas de la Bahía y que no cesa de dar pasos para atrás

IGNACIO MORENO BUSTAMANTE
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Que se lo pasen muy bien y que no los juzguen, que la vida son dos días». Comentario de un lector de la edición digital de este periódico ayer a propósito de la información sobre el 'cruising'. ¿Y qué es el 'cruising?, dirá usted. Pues un hábito -por lo visto muy extendido en la provincia- por el que personas homosexuales practican sexo en sitios públicos y a plena luz del día.

El reportaje no tiene desperdicio. El pinar de El Coto de La Isleta, justo enfrente de Valdelagrana, es lugar de encuentro de todo tipo de hombres que, con un simple intercambio de miradas, sin mediar ni media palabra, practican sexo a plena luz del día en un sitio público. Nada de esconderse. En muchos casos, el ser visto mientras te ponen el aliento en la nuca forma parte de la diversión, de la emoción.

Pues bien, no se trata de juzgar. En absoluto. Cada cual con su cuerpo que haga lo que quiera o lo que pueda. Nada tiene que ver que las prácticas sean homosexuales o heterosexuales. No es un problema de homofobia. Todos tenemos amigos o familares homosexuales a los que adoramos y con los que iríamos al fin del mundo.

Pero de igual modo, muchos tenemos familiares, hijos menores de edad, a los que es muy difícil explicar determinadas cosas. Y si te da por pasear, como hace muchísima gente, por el Coto de La Isleta, lo último que te apetece es encontrarte con una decena de personas en pleno acto sexual. No se trata de censurar lo que hacen. Se trata de acordarse de toda su familia por el sitio elegido para hacerlo. No sé la definición exacta de escándalo público. De hecho, no está muy clara en el Código Penal, pero debería ser algo muy similar a esto.

Problema extendido

Lo del 'cruising' -por cierto, ¿por qué lo llaman así? ¿Por Tom Cruise?- es un problema, se mire por donde se mire. Si lo practicaran en su casa, o en un hotel, no lo sería. Pero en el momento en que lo hacen en una zona pública y a plena luz del día, ellos mismos lo convierten en un asunto que se escapa de su intimidad y en el que se deberían tomar cartas.

Un problema que no es exclusivo de El Puerto. Por lo visto en la provincia de Cádiz hay al menos 15 zonas de 'quedada'. Pero en el caso portuense es especialmente grave. Hoy por hoy, vivir en Valdelagrana, una de las grandes zonas residenciales de la Bahía, es hacerlo rodeado por el norte de prostitutas y por el este de 'cruisers'. Y un poquito más allá, de uno de los principales focos de marginalidad de Cádiz, la Barriada José Antonio, donde la droga y los camellos campan a sus anchas.

Bien harían los responsables de las instituciones de todo pelaje -desde las locales a las nacionales, pasando por las que atañen a la seguridad ciudadana- en sentarse a una mesa y replantearse qué hacer con El Puerto. Una de las zonas más privilegiadas de la Costa de la Luz, que no sólo no termina de afianzarse como gran referente, sino que no hace más que dar pasitos para atrás.

El 'cruising' es un nuevo problema que añadir a la lista, por más que queramos ser tolerantes. Los que lo practican no lo son con los que no nos apetece convivir con él. Y hay que erradicarlo. Tan simple como que se paguen un hotel.