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El cantante catalán abrió, con una hora de retraso, la presente edición del Cádiz Latino. :: ÓSCAR CHAMORRO
Dani Carbonell, Macaco | Cantante

«Lo que tiene la música es mucho trabajo»

MARTA LABELLA rvazquez@lavozdigital.es
CÁDIZ.Actualizado:

A falta de Chayanne, bueno es Macaco. El músico catalán inauguró anoche este maltrecho Festival Cádiz Latino 2010 y no defraudó. Miles de personas presenciaron los movimientos, la música, la energía y la puesta en escena que el cantante del 'Moving' trajo a la playa La Victoria. Horas antes de subirse al escenario repasaba con LA VOZ su ya exitosa trayectoria.

-¿De dónde le viene el nombre de Macaco?

-Fue en la época en la que tocaba en la calle, hace ahora 15 años, cuando andaba por La Rambla de Barcelona. Yo solía hacer mímica simulando los movimientos de los monos, después hacíamos sonar la percusión y la suma de todo esto estimulaba a la gente para que se acercaran, luego sacábamos la gorra para pillar alguna monedilla para sobrevivir. De modo que por aquellos gestos de simios se me quedó el nombre de Macaco. También me gustaría aclarar que Macaco soy yo solo. Muchos lo definen como una banda, y no es así, lo digo y lo hago por respeto a aquellos que trabajan conmigo.

-¿Cómo fue el momento en que pasó de actuar en la calle a llenar lugares más privilegiados?

-Fue muy poco a poco, nada fue de la noche a la mañana. Comencé en la calle, de aquí pasé a pequeños garitos a los que me iban llamando y después de estar un tiempo así empecé a dar conciertillos, pasé a estar invitado a festivales...

-¿A qué crees que se debe ese triunfo?

-Pues se lo debo sobre todo al boca-oído de la gente. Para mí eso ha sido el arma más poderosa. También tengo el compromiso de agradecer a los medios de comunicación, lo que han hecho por mí, porque ha sido un 'boom' mediático lo que ha ocurrido con Macaco. Lo cierto es que no me han faltado conciertos en estos diez años. He tenido la oportunidad de tocar en lugares de todo el mundo: en Japón, en Brasil, en el Sahara, en EE UU, en muchos lugares de Europa, y todo gracias al boca-oído, porque no te puedes imaginar la fuerza que tiene.

-¿Calle o escuela?

-Bueno son diferentes escuelas y las dos igualmente válidas, cada cual debe encontrar la suya. Yo creo que pueden ser complementarias. Hay grandes músicos que han ido a conservatorios y tocan el violoncello a la perfección sin embargo, los ves tocar en la calle por necesidad, pero eso les ayuda a obtener otro tipo de lenguaje. Para mí la calle fue un camino, una manera de sobrevivir, una forma de comunicarme con las personas, soy un ser que para bien o para mal, me gusta hacer las cosas a mi modo. Cuando trabajaba en la calle, la comunicación era muy directa, así que había veces que funcionaba y otras que no. De todos modos sigo pensando que es muy buena escuela, pero no hay mejores ni peores.

-Has estado en la lista de Top 50 de ventas españolas, desde que salió este último álbum 'Puerto presente', ¿cómo lo lleva?

- Pues con mucha naturalidad, el proceso ha sido muy lento. No ha sido el éxito de una sola canción, sino que Macaco ha dado muchos himnos, la gente ha ido escuchando canciones que les gustaba y las ponían en los bares, en los coches, en las discotecas. 'Con las manos levantas', por ejemplo, ahora la escuchamos en todas partes, pero cuando la hice no sonaba en las grandes radios. Ha sido este proceso artesanal, tan masticado, tan trabajado, tan de concierto en concierto, lo que te hace tener los pies en la tierra. Es algo de lo que estoy muy orgulloso y muy contento, no tengo tiempo para tonterías, siempre digo que la gente ve mucho glamour en esto y en esto lo que hay es mucho trabajo.

-Una seña de identidad de Macaco es la fusión.

-Yo siempre digo que hago fusión sin confusión, con eso quiero decir, que esta unión debe salir de manera natural, sin forzarla. Además hay una gran mentira que quiero recalcar: dicen de que yo podría mezclar todos los estilos y aseguro que hay géneros que no me atrevería a tocar. Con el flamenco sería incapaz de hacer nada. Vi a Paco de Lucía y sé que yo no haría nada como este maestro. Ellos son los verdaderos revolucionarios. Yo estoy en otra onda, yo estoy en la liga de la música popular, yo hago canciones sencillas, que no simplistas, pero hago canciones con estrofa y estribillos, donde se pueden encontrar influencias de la rumba catalana, del reggae, aunque para mí lo más importante es que la canción funcione.

-Entonces, ¿cómo definiría a sus canciones?

-Yo intento que mis canciones transmitan algo, para mí es lo verdaderamente importante. Como decía John Lennon cuando le preguntaban cuál sería la revolución de la música, él decía «una buena canción». Yo lo que espero es que mis temas formen parte de la banda sonora de la vida de las personas y que les provoquen ganas de llorar, de reír. En resumen, sensaciones.

-Las múltiples colaboraciones que hace, o que hacen con Macaco, ¿se debe al momento en el que se encuentra la industria?

-Cuando te gusta otro músico, como persona y como artista, te gusta para juntarte, no es un acuerdo económico, yo no he cobrado nada en ningún disco con nadie, ni nadie ha cobrado por hacerlo en los míos, es una cosa natural. Para mí es una mezcla de admiración por la persona y por el artista, porque si no me gusta como persona no lo hago.

-Sus dicos suelen tener compromiso con la sociedad con la naturaleza, ¿cree que eso le falta a muchos?

-A mí me sale de manera natural, hay quienes sólo hacen canciones de amor, que me parece perfecto, y quienes lo hacen más comprometidos. Yo hablo de todo, de lo que me sale del corazón. Creo que no soy panfletario, creo que no soy político, porque no me gusta la política, pero sí me gusta hablar del aquí y ahora. Hablo de los movimientos que hay, no soy maestro de nadie, soy un aprendiz.

-¿Qué está apunto de ofrecer?

-Algo de cada disco, hay temas que ellos quieren y que a mí me gustan tocar. Habrá dinamismo, se podrá saltar, bailar. Pasarán muchas cosas.