Barroso 'refrescará' a Blanco los proyectos que el Estado tiene parados

«Hay vida más allá del segundo puente». Este se ha convertido en uno de los lemas más recientes del alcalde puertorrealeño, José Antonio Barroso, que aprovechará la presencia el próximo martes en tierras gaditanas del ministro de Fomento, José Blanco, para trasladarle otras obras pendientes en el término municipal.

Entre ellas citó la integración de la antigua N-IV a su paso por el Barrio Jarana, la resolución del problema de tráfico que se genera en la rotonda a la que se accede desde la autopista y la carretera de El Algarrobo, y la iluminación de varios tramos de carretera.

Más allá de elementos más «domésticos», el alcalde se detuvo en las obras del soterramiento, respecto a las que pretende preguntar al ministro «si habrá una ralentización». En este sentido, Barroso advirtió que «si no se resuelve el tramo puertorrealeño, se producirá un cuello de botella», con lo que entiende que el desdoble de la vía «no serviría para nada».

En idéntica posición estratégica situó al ramal del ferrocarril que conectará a Las Aletas con La Cabezuela, una intervención que calificó de «fundamental para la economía de la Bahía de cara a conseguir un puerto más competitivo». Su parón genera una reflexión en el jefe del ejecutivo: «Sorprende el interés hacia el segundo puente cuando, desde el punto de vista económico, esta es una intervención más importante».

En la lista de deberes que se llevará Blanco también figurará Tres Caminos, respecto al que Barroso volverá a insistir en un desdoblamiento que entiende «se ha sometido al olvido».

Vinculado al Doce, el Ayuntamiento reclamará al ministro que el '1% cultural' del segundo puente se destine a la restauración del Trocadero, algo que Barroso justifica «por el impacto que está causando esta obra en el término municipal».

Al margen de lo estrictamente municipal, el primer edil llevará una propuesta consensuada con su homólogo isleño, Manuel María de Bernardo, para que la finalización de la rehabilitación que ahora se ejecuta en el Real Carenero se «solape» en el tiempo con el inicio de la restauración del puente Zuazo.