«Una semana después de enterrar a los nuestros estábamos solos»

«Una semana después de enterrar a nuestros familiares estábamos solos. El alma se nos heló». Pilar Vera, presidenta de la Asociación de Afectados del vuelo JK 5022 de Spanair, resumió con esta frase y con voz desgarrada lo que sintieron los familiares de las 154 víctimas mortales días después de despedir para siempre a sus seres queridos. «El frÍo que sentimos no nos ha abandonado», denuncia Vera cuando se cumplen dos años de la tragedia. La presidenta se queja de «soledad» y la «desprotección» de la administración y asegura que «al dolor y la tristeza» se une la «frustración» de saber que «está todo por hacer a nivel fiscal, administrativo y personal».

La figura de un timón de cola de un avión, como el del MD-82 que el 20 de agosto de 2008 se estrelló sobre la pista 36 del aeropuerto de Barajas, es el monumento que será instalado en el parque Juan Carlos I de Madrid en memoria de los tripulantes y pasajeros del fatídico vuelo. Entre rosas, y a la sombra de un roble, que aún no está plantado, los supervivientes y los familiares tendrán un lugar donde llorar a los desaparecidos.

Flores, lágrimas y abrazos sirvieron para recordar a las víctimas en varios homenajes en los que familiares y amigos se unieron de nuevo en el dolor. Un olivo sirvió de cobijo a un corazón compuesto por 154 rosas blancas, una por cada desaparecido, en los jardines del aeropuerto de Barajas. Acompañados por la sintonía de una folía -melodía que representa el llanto de un canario- los allegados depositaron ramos de flores sobre la placa en la que están inscritos los fallecidos.