El Gobierno compara su diplomacia «seria» con el «ardor guerrero» del PP
Moratinos, que dio por «totalmente superados» los incidentes en Melilla, visitará en septiembre a su homólogo de Exteriores en Rabat
MADRID. Actualizado: GuardarEl Gobierno defendió ayer la estrategia del trabajo diplomático discreto que ha desarrollado con Marruecos para solucionar el conflicto de Melilla. El Ejecutivo cree que es una fórmula más eficaz que el «ardor guerrero» desplegado durante el mandato de José María Aznar cuando tuvo que dirimir discrepancias con Rabat.
La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega hizo esta contraposición tras dar por zanjado el «incidente» vivido entre España y Marruecos que tensionó la vida en la frontera melillense. Fernández de la Vega, al término del único Consejo de Ministros de agosto, aseguró ayer que «los acontecimientos de la frontera se han tratado, reconducido y aclarado», por lo que las relaciones con Marruecos son «más prósperas y fructíferas que nunca».
La número dos del Gabinete añadió sostuvo que todo se ha resuelto gracias un trabajo diplomático «serio y riguroso» que «aclaró los malentendidos», una labor «muy alejada del ardor guerrero al que nos tenía acostumbrado el PP cuando gobernaba», en referencia a la operación bélica del Gobierno de Aznar sobre el islote de Perejil y al consiguiente largo período de hibernación de la relaciones bilaterales.
«Hemos resuelto los problemas», los incidentes están «totalmente superados», coincidió el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, quien explicó en la Cadena Ser que el éxito se debe al trabajo, «mano a mano» que desde julio han realizado su departamento y el Ministerio del Interior con las autoridades marroquíes.
Foto final
Será, precisamente, Alfredo Pérez Rubalcaba el encargado este lunes de poner el punto final a las fricciones en una reunión en la capital marroquí con su homólogo; proceso que se completará en los primeros días de septiembre con otra visita, pero en este caso de Moratinos. La foto final de lo que De la Vega definió como unas relaciones bilaterales de «socios y amigos con intereses mutuos» la podrán escenificar, quizás este otoño, los monarcas de ambos países, que el 12 de agosto hablaron por teléfono para evitar que el conflicto se enquistase, y que se verán, posiblemente en Marruecos, aunque todavía faltan por fijar tanto la fecha del encuentro como el lugar.
Antes de que este encentro se produzca, llegará a España el nuevo embajador de Marruecos, que por diferentes desacuerdos no había ocupado su puesto desde que su antecesor abandonase el cargo el invierno pasado.
La vicepresidenta aprovechó el anuncio del final de las fricciones para destacar la «escenificación oportunista y desleal» de Aznar y del PP, que acudieron a Melilla para denunciar que el Gobierno se había desentendido de los problemas en la frontera. «Es -dijo- inaceptable que el PP quiera hacer política partidista a costa de las relaciones entre España y Marruecos» mientras el Ejecutivo trabaja para «rebajar la tensión y construir consensos».