Pedigüeños
Actualizado: GuardarLo de menos es quién dice la verdad. Unos afirman que fue Zapatero el que suspendió la reunión de ayer con los gigantes de la construcción. Qué tontería. Nunca un periódico fue tan simple como ‘El País’ del martes; habrá que pensar que son cosas del verano. O sea, que los dueños de Acciona, ACS, FCC, Sacyr y OHL suspenden la cita en La Moncloa porque no quieren parecer lo que sin duda todo el mundo sabe que son: unos pedigüeños. Hay otros medios, en ‘ABC’ lo leo, en los que se afirma que los motivos de la suspensión son turbios, que hay problemas de agenda –¡dichosas sean las agendas, pero cuántas mentiras caben en su nombre!–, porque muchos de sus responsable están de vacaciones. El verano lo aguanta todo, incluso la desmesura y el poco arte para mentir. Sé que es fácil, cómodo y resultón meterse con los del ladrillo, a fin de cuentas ellos y los bancos ganan de todas formas, con crisis, con recesión o crecimiento. Y siempre con la garantía del Estado. Los ritmos económicos son relativos para aquellos que arrancan la lectura del periódico por las cotizaciones bursátiles.
Si hay que hacer caso a La Moncloa, Florentino Pérez no puede ver a Zapatero porque está navegando; José Manuel Entrecanales pasa unos días en la montaña; Rafael del Pino se ha dado la lectura meticulosa de ‘La Montaña Mágica’, de Thomas Mann; Luis del Rivero prepara un almuerzo a base de gamba roja de Denia con un banquero y Juan Miguel Villar Mir vive pendiente de un hilo por las evoluciones del Madrid de Mouriño. Nada, que no han encontrado tiempo para reunirse con Zapatero. Vaya por Dios.
Ocurre, sin embargo, que la reunión no se sostenía desde un principio. Sucede que al presidente Zapatero se le ha calentado la boca. Pasa que fue él quien dijo eso de que iba a dar buenas noticias a los constructores. Pasa que hay en el Gobierno alguna cabeza que le ha advertido de que eso no se puede hacer así, que un Gobierno de izquierdas no puede el martes contar parados a millones y el miércoles anunciar buenas noticias para los gigantes de la construcción. Buenas noticias para los que viven de buenas noticias. Sucede que el Gobierno no se aclara con el recorte de obra pública. Ocurre que los empresarios quieren además que el Gobierno permita a los ayuntamientos endeudarse más de lo que están, y que el ritmo no pare, no pare ya. No es un problema de agenda. Es Zapatero, que como pasó con Tomás Gómez, suspende la reunión de los constructores por miedo a un fracaso; la aplaza hasta una fecha que no trascienda. No es la agenda, es un calentón de boca y una metedura de pata más de Zapatero. Y van…Y faltan…¿No les parece sospechoso que el ministro Fomento, José Blanco, anuncie un día que nos sube los impuestos y al otro, cuando toca reunión con los constructores, se quite de en medio? Eso, Blanco y en botella.