La asignatura pendiente de la marca propia

La realidad laboral de este municipio serrano pasa por la dependencia de las grandes marcas, para las que las fábricas ubriqueñas funcionan como subcontratas. Pocas factorías tienen su propio sello y, en el caso de aventurarse en esta difícil empresa, ninguna vive de él. Y en esto radica la cara y la cruz del mercado laboral del municipio. Esta dependencia de las grandes marcas de moda es tan antigua como la idea de lanzar una marca propia del pueblo, que bajo el sello de Ubrique logre situarse en lo más alto de los mercados internacionales. Son ya más de cuarenta años de intentos fallidos. El último impulso, en el que ponen sus escasas esperanzas los empresarios, ha llegado de la mano de la Consejería de Innovación de la Junta, a través del desarrollo del Centro Tecnológico de la Piel de Andalucía, ubicado en la localidad. En esta ocasión no se trata de ir todos bajo el mismo paraguas comercial sino de contar con los recursos de un laboratorio de ideas y de un equipo de diseñadores y de marketing con los que no cuentan las fábricas, «por su elevado coste», según apuntan los empresarios. Recientemente inaugurado la instalación en el polígono de La Piel, falta ver cómo se gestiona y qué resultado da a largo plazo.