Un joven herido tras practicar 'balconing' en Mallorca
La costumbre consiste en lanzarse a la piscina desde sus habitaciones o alcanzar la estancia contigua trepando por la fachada
PALMA DE MALLORCAActualizado:Un joven extranjero ha sufrido varias contusiones tras precipitarse de un hotel en el Arenal, situado en la calle Atlantas de Ulla, según ha informado el servicio de emergencias del 112, que ha señalado que el herido ha sido trasladado al hospital universitario Son Dureta. El joven es de nacionalidad rumana, tiene 23 años y se encuentra en la unidad de urgencias de Traumatología de Son Dureta. Según han señalado fuentes del centro hospitalario, el joven se encuentra estable, evoluciona favorablemente y permanecerá en observación varias horas hasta que se le dé el alta. Las contusiones que padece no son graves y por tanto no será necesario su ingreso, han precisado las mismas fuentes.
Se trata de una nueva víctima de una mala costumbre que tienen algunos jóvenes turistas que se alojan en Ibiza y Mallorca y excitados por la diversión se proponen lanzarse a la piscina desde sus habitaciones de hotel o alcanzar la habitación contigua trepando por la fachada. La práctica es conocida como 'balconing'. Ello ha provocado en lo que va de verano varios heridos como consecuencia de las graves caídas que se producen tras precipitarse contra el suelo.
El sector toma las primeras medidas
Ante el alto número de fallecidos por esta práctica, los hoteleros se plantean nuevas medidas para evitar que los jóvenes turistas que se hospedan en sus establecimientos salten de un balcón a otro o a la piscina, como la difusión de un vídeo para concienciar del peligro que acarrea esta práctica, al estilo de los de accidentes de tráfico de la DGT. Así lo ha manifestado el presidente de la Federación Hotelera de Ibiza, Juan José Riera, que admite estar "muy preocupado" por estos saltos, que, en algunas ocasiones, se han cobrado la vida de los que los practican.
Este tipo de accidentes se vienen registrando habitualmente todos los veranos desde hace unos años, especialmente en Mallorca, Ibiza y en las zonas de residencia de los turistas españoles y europeos más jóvenes. La consellera balear de Interior, Pilar Costa, ha explicado que en lo que va de año nueve personas han muerto precipitadas desde edificios en las islas, pero ha precisado que en esta cifra se contabilizaban todo tipo de inmuebles, e incluso podría incluir algún suicidio.
Tanto los hoteleros ibicencos como los mallorquines han tratado el asunto con los principales touroperadores y han tomado medidas preventivas para dificultar que se suban a los balcones. La principal actuación que ha llevado a cabo el sector ha sido aumentar la altura de las barandillas, incluso por encima de los 1,05 centímetros exigidos, llegando al 1,10 o 1,20 u optando por balcones casi cerrados.
Hincapié sobre los touroperadores
Para reducir la incidencia, tanto los hoteleros como los ayuntamientos de las zonas más afectadass, como son Calvià en Mallorca o Sant Antoni de Portmany en Ibiza, se han puesto manos a la obra y han decidido volver a hablar con los touroperadores para la próxima temporada. Una de las propuestas, que adelanta el concejal de Gobernación y Turismo del Ayuntamiento de Portmany, José Ramón Serra, es la de que los operadores turísticos incidan en los peligros que tienen estas prácticas de riesgo para los que las realizan en los mítines de bienvenida que dan a sus visitantes. "No creo que sea un fenómeno que va en aumento, pero sí muy preocupante", remarca Serra, que aclara que, "por desgracia", el problema no está circunscrito a una zona sino que es algo que ocurre en los destinos turísticos a los que van jóvenes con fácil acceso a las drogas, algo que también advierten Riera y De Benito.
Los hoteleros, impotentes a la hora de controlar a todos sus clientes las 24 horas del día, con este objetivo, plantean como posibilidad hacer campañas visuales como las que realiza desde hace años la DGT con los accidentes de tráfico. "A la gente hay que decirle las cosas claras, ser realista", asevera Riera. Todos los hoteles explican a sus clientes lo que no se puede hacer dentro de las instalaciones del establecimiento pero, aunque hay personal de vigilancia, "siempre hay quien se salta las normas", apostilla el presidente de la Federación ibicenca.