El año horrible de Douglas

Habanos Romeo y Julieta, Montecristo nº 2 y Cohiba Dominicano. Son los puros favoritos de Michael Douglas, que siempre culmina las sobremesas en S'Estaca con un humeante veguero. El tumor en la garganta que acaban de detectarle al actor lo mantendrá alejado de su mansión mallorquina al menos durante ocho semanas. Los médicos auguran una «recuperación completa» tras las sesiones de radioterapia y quimioterapia. Se acabó el tabaco para un ex alcohólico que asimismo superó su adicción al sexo.

La noticia culmina un 'annus horribilis' para la estrella. Desde que el pasado abril su hijo Cameron fue condenado a cinco años de prisión por tráfico de drogas, el protagonista de 'Instinto básico' se había entregado en cuerpo y alma a su familia. No quería repetir el mismo error con los dos niños que tiene con Catherine Zeta-Jones, Dylan, de 10 años, y Carys, de 7. «Asumo la culpa de ser un mal padre si eso significa trabajar como un esclavo para sostener tu carrera. Ahora mis prioridades han cambiado, mi matrimonio y mi familia están antes que el trabajo», rogó en vano al tribunal que enjuiciaba a Cameron. En la memoria pesa como una losa la muerte del hermano de Michael, Eric, que apareció muerto en su apartamento de Nueva York en 2004 por un cóctel letal de alcohol y barbitúricos. Tenía 46 años.

Douglas ha suspendido la promoción de 'Wall Street: el dinero nunca duerme', cuyo estreno estadounidense está previsto el 24 de septiembre. La secuela de la cinta que le proporcionó el Oscar al mejor actor también le está ocasionando quebraderos de cabeza por culpa de su ex mujer. Diandra Luker recibió 45 millones de dólares en 1997 merced a una sentencia de divorcio que reconocía las infidelidades de su esposo y le otorgaba la mitad de sus ganancias. Ahora reclama el 50% de los beneficios que genere el filme de Oliver Stone. Una cláusula le concede el derecho a los ingresos de las repeticiones futuras de películas rodadas durante las dos décadas de matrimonio.

Infidelidades y adicciones. Poder y gloria. Michael Douglas siempre ha tenido un incómodo espejo en el que mirarse: su padre. La necesidad de demostrarle que también existía se concretó en el Oscar que ganó como productor de 'Alguien voló sobre el nido del cuco' a los 31 años, la misma edad a la que Cameron ha acabado en la cárcel. El legendario Kirk Douglas se enorgullece en sus memorias, 'El hijo del trapero', de sus orígenes humildes. Michael no tuvo que vender periódicos en las calles para sobrevivir, ni combatió en la II Guerra Mundial. Pero ambos eligieron primar su carrera sobre su familia y perseguir a toda mujer que se pusiera a tiro.

Michael Douglas sostiene que lo mejor que le pasó a su padre fue la trombosis que estuvo a punto de matarlo hace unos años. Le cambió el carácter y comenzó a estudiar la Torá, pensando que la enfermedad era un aviso de Dios, que intentaba castigarlo por sus culpas pasadas. La reconciliación familiar deberá pasar ahora una nueva prueba.