La tormenta desploma el muro de una casa e inunda otras veinticinco en Alcalá del Valle

Por una tarde, las imágenes del pasado (y lluvioso) invierno volvieron ayer a los cielos de la provincia, cubiertos de espesas nubes cargadas de agua. Las tormentas y lluvias intermitente aguaron el inicio de las vacaciones de los miles de turistas que pasarán en la provincia la segunda quincena de agosto, pero sobre todo, se convirtió en aguafiestas para los vecinos de la localidad serrana de Alcalá del Valle, que celebraba el 'Martes de Resaca' tras la Feria de San Roque de este fin de semana, y donde la fuerza del agua llegó a derribar el muro de una vivienda e inundó otras 25.

Una balsa de agua sin salida, formada por el desborde de un caño del arroyo Lanchar, fue lo que provocó el derrumbe en la vivienda. La riada de lodo y fango tiró abajo la pared de la cocina de la casa, situada en la calle Virgen del Valle, pero por suerte no sorprendió dentro a ninguno de sus moradores. Sin embargo, los bomberos evacuaron la casa y recomendaron no habitarla de nuevo.

Además de este incidente, otras 25 casas del pueblo serrano sufrieron inundaciones con la tromba de agua, que en apenas 15 minutos dejó más de 40 litros por metro cuadrado en la localidad, con especial incidencia a las 11.30 horas. Ante la grave situación, el Ayuntamiento puso en marcha una brigada de vecinos para limpiar las calles, y así unos 25 desempleados se unieron a los bomberos del Parque de Olvera para subsanar las inundaciones. Los bomberos necesitaron más de 30.000 litros de agua para completar las labores de limpieza y contaron con la ayuda de varias retroexacavadoras municipales.

Con todo, los achiques de las casas y de las calles anegadas no se limitaron a Alcalá del Valle. También se sucedieron las intervenciones de los bomberos en otros municipios de la Sierra, como Villamartín y Olvera, donde hubo que sanear una casa como medida de precaución para evitar derrumbes. En San Fernando, por su parte, varias calles se inundaron a primera hora de la tarde y se hundió la calzada en la avenida Montañeses de la Isla, que tuvo que ser rellenada por los bomberos. Durante prácticamente toda la jornada, la provincia se encontró bajo alerta naranja por lluvias, aunque al finalizar el día el nivel de riesgo se redujo a nivel amarillo, que permanecerá de la misma manera a lo largo del día de hoy en prácticamente toda la provincia. Según fuentes de la Agencia Estatal de Meteorología, en las estaciones de San Fernando se llegaron a recoger ayer 13,8 litros de lluvia por metro cuadrado en doce horas, mientras en Tarifa, apenas se registraron 0,7 litros.

Vuelve el calor

Las probabilidades de lluvia se reducen hoy a un 25% en la mayoría de las comarcas y hasta un 20%, en la Bahía de Cádiz. Será a partir del jueves cuando las lluvias abandonen al fin la provincia y los niveles de alerta se retiren, aunque los cielos seguirán nubosos hasta el fin de semana. Será a partir del viernes cuando las temperaturas recuperen sus cotas normales en estas fechas, con máximas previstas de 32º C y mínimas de 22º en Cádiz y La Janda; y de 35ºC y 29ºC en las localidades de interior, como Jerez y la Sierra.

Otro de los incidentes que más quebraderos de cabeza provocó ayer a muchos gaditanos tuvo su origen fuera del suelo de la provincia de Cádiz, en la localidad sevillana de Lebrija, donde las catenarias del tren sufrieron una avería que obligó a cancelar la línea Cádiz-Sevilla durante toda la tarde. Desde las 16.15 horas, el tramo entre Lebrija y El Cuervo se cerró al tráfico ferroviario, por lo que los pasajeros que se vieron sorprendidos en pleno trayecto tuvieron que ser trasladados a su destino por medio de autobuses.

Al menos 10 viajes de media distancia -cinco en cada sentido- y tres trenes Alvia se vieron afectados por la cancelación, aunque Renfe estableció un servicio alternativo por carretera entre Lebrija y Jerez, y Sevilla-Jerez para los usuarios de las distintas líneas.

Fuentes de Adif confirmaban ayer a este periódico que el servicio estará restituido a primera hora de hoy, mientras se investigaba si la avería de las catenarias podían achacarse a causas meteorológicas.