![](/cadiz/prensa/noticias/201008/16/fotos/3103111.jpg)
Benítez Reyes experimenta con el 'collage' en su nuevo libro
El autor de 'Rota' apuesta en 'Formulaciones tautológicas'por el equilibrio entre palabra e imagen
SEVILLA. Actualizado: GuardarEl poeta, narrador y ensayista Felipe Benítez Reyes, nacido en 1960 en la ciudad de Rota, ha mezclado collages y microrrelatos en su último libro, 'Formulaciones tautológicas', con el que la malagueña editorial Zut abre una colección titulada '+ que 1000 palabras'. Simposios de gigantes, señoritas de cabezas tan grandes que acaban presas, niños bicéfalos, hospicios, cocodrilos, jinetes que vuelan y caballos que bucean, novias invisibles, domadores enamorados, vigilantes nocturnos, familiares de personajes de Borges y gastronomía a base de chuletas de chivo expiatorio, además de gente de Catalayud que muere «como si fuera de Vigo» forman parte de estos relatos e inspiran o son inspirados por estas imágenes.
«Tanto en los collages como en los textos me he acogido a unos procedimientos propios del surrealismo, en gran parte porque no tenía otra opción», ha explicado a Efe el escritor.
Y ha añadido: «La verdad es que si yo no fuera de Rota, y si no estuviésemos ya en el siglo XXI, me convertiría en un surrealista ortodoxo durante lo que me quedase de vida, para poder hacer todas las diabluras que se me ocurrieran».
No obstante, Benítez Reyes se ha conformado con dar a la imprenta este extraño e imaginativo libro, como conformándose, pero siempre con humor: «A estas alturas, y siendo de pueblo, me temo que voy a tener que conformarme con ser un escritor meditativo».
El escritor ha confesado su gusto por el collage entendido «como una imagen de extrañeza, como una especie de disparate visual, aunque procurando que provoque una especie de sugestión narrativa, que es lo que he hecho en este libro».
Benítez Reyes ha asegurado que los hace con recortes de revistas del siglo XIX que compra en almonedas y librerías de viejo.
«'Formulaciones tautológicas' puede considerarse un libro híbrido; no es exactamente un libro de microrrelatos ilustrado con collages ni un libro de collages complementados con unos textos; me gustaría que se entendiera más bien como un libro anómalo que permite la interacción de palabra y de imagen», concluye el polifacético escritor.