El presidente constata el final del vertido en el golfo de México con un baño
WASHINGTON. Actualizado: GuardarBarack Obama no defraudó las expectativas que se habían generado y en la tarde del sábado (madrugada de ayer en España) se dio el esperado chapuzón en las aguas del golfo de México. El líder demócrata, que se desplazó junto a su familia a Florida para pasar el fin de semana, se bañó junto a su hija Sasha en la bahía de Saint Andrew para demostrar que las playas de la región «están limpias» y preparadas para recibir a los turistas tras el colosal vertido provocado por una plataforma petrolífera. El objetivo del mandatario es ayudar a los empresarios locales a levantar poco a poco la cabeza después de la clausura del pozo de crudo de BP el pasado 15 de julio.
Obama predicó con el ejemplo poco después de llegar a Panama City, en Florida. El mandatario demócrata se dirigió primero a los norteamericanos para recordarles que las playas del golfo de México «están limpias, son seguras y están totalmente abiertas al público». Eso sí, admitió que las labores para eliminar completamente el impacto del vertido todavía no han concluido. «Nuestro trabajo aún no ha finalizado y no nos vamos a ir a ningún lado hasta que lo esté», aseguró a los miles de personas afectadas por el desastre medioambiental.
Una vez concluida su alocución, el presidente se fue a almorzar con Michelle y Sasha. Su hija mayor -Malia- no viajó con ellos porque se encuentra en un campamento de verano. Los tres compartieron unos tacos de pescado, palitos de pollo rebozado, una hamburguesa y aguacate. A continución, llegó el momento del chapuzón en privado. Horas después, la Casa Blanca colgaba en Internet las imágenes del baño de Obama y Sasha.
El accidente de la plataforma Deepwater Horizon, ocurrido en abril, ha vertido una cantidad estimada de 4,9 millones de barrilles de crudo. BP creó un fondo de compensación de 15.000 millones de euros.