La Supercopa se juega bajo mínimos

El Sevilla afronta el partido de ida de la Supercopa de España con la esperanza de lograr un resultado de garantías para viajar con comodidad a Barcelona, donde el equipo catalán podrá contar con un equipo de altura, toda vez que reservará a muchos de sus jugadores internacionales.

El conjunto hispalense se presenta ante su afición con el objetivo, a corto plazo, de sumar un nuevo título, tras lograr dos Copas del Rey, otras dos Copas de la UEFA, una Supercopa de Europa y otra de España en los últimos cinco años, y mirando de reojo la importante eliminatoria de la fase previa de la Liga de Campeones que dirimirá con el Sporting de Braga la próxima semana.

Aunque las sensaciones en el cuadro que entrena Antonio Álvarez son «óptimas», la posible marcha del delantero brasileño Luis Fabiano y la polémica por la poca preparación con la que llegan los internacionales de ambos equipos al partido han restado trascendencia al partido.

El Sevilla cuenta con la ventaja de contar con un equipo más rodado, ya que la base del equipo comenzó la pretemporada con mucha más antelación que el equipo catalán, así como los buenos resultados en las eliminatorias ante los barcelonistas.

De hecho, los sevillistas lograron la pasada campaña eliminar al Barcelona en los octavos de final de la copa del Rey tras lograr un sorprendente 1-2 en el Camp Nou y mantener la ventaja en el Ramón Sánchez Pijzuán (0-1).

De esta manera, el equipo sevillano podría contar con un once titular de garantías en el partido de mañana y con el que Álvarez se jugaría el inicio de la temporada.

Finalmente, el lateral izquierdo Fernando Navarro se ha quedado fuera de la convocatoria debido a una elongación en el recto anterior, mientras que también serán baja el central serbio Ivica Dragutinovic, el centrocampista italiano Tiberio Guarente y el delantero argentino Lautaro Acosta.

Podría estrenarse el lateral francés de origen senegalés Mouhamadou Dabo, mientras que en el centro del campo parece segura la presencia del campeón del mundo Jesús Navas, quien fue uno de los jugadores destacados en los pocos minutos que disputó en el amistoso entre España y México, y que se encuentra en perfectas condiciones.

Además, en la punta de ataque, el Sevilla formará con el mali Fredéric Kanouté y Álvaro Negredo, la pareja que, a expensas de lo que pase con Luis Fabiano, debe llevar el peso de los goles durante toda la temporada.

En el caso del Barcelona, su entrenador Pep Guardiola no ha podido trabajar con su grupo en exceso, hasta el punto de anoche tuvo por primera vez al grueso de los barcelonistas, después de que los internacionales españoles se incorporasen al trabajo de pretemporada.

Problemas con las fechas

El calendario de la Liga de Campeones, por su parte, compromete al Sevilla, ya que la semana que viene tendrá que abordar la ida de la fase de clasificación para jugar el año que viene en la competición más importante en Europa, y el partido de mañana se presenta como un incordio.

Lo que debería ser una fiesta para arrancar la temporada futbolística, la Supercopa de este año, se presenta en el calendario como un problema para los dos equipos.

El Barcelona llegará con lo justo, hasta el punto de que se desconoce si Guardiola echará mano del filial para sustituir al portero lesionado, José Manuel Pinto, u optará por Víctor Valdés. El Barcelona programó ayer dos sesiones de entrenamientos.

Los problemas en la portería no son los únicos que se le manifiestan a Guardiola, puesto que es probable que no fuerce a ninguno de sus internacionales españoles, a pesar de que por ejemplo Carles Puyol y Sergio Busquets dieron muestras de tener un estado de forma óptimo en el amistoso que jugaron el miércoles con España en México.

Por otra parte, el resto de internacionales, tampoco con mucho recorrido en el trabajo físico este verano, tienen un tono adecuado, como por ejemplo Messi o Alves, aunque estos tienen todos los números para estar en la lista para la Supercopa.