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Los incendios en Portugal amenazan dos zonas naturales próximas a España

El Gobierno luso pide ayuda internacional y ha incorporado a las Fuerzas Armadas a las labores de extinción

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Aún con el fantasma a cuestas de los devoradores incendios que sembraron la desesperación en Rusia, las llamas vuelven a cobrar especial fuerza en Portugal. Los fuegos, que han amenazado al país luso a lo largo del verano debido a las altas temperaturas estivales, amenazaron ayer con devorar dos parques naturales próximos a la frontera con España. La superficie ardida sigue en aumento y con ella los medios dispuestos por las autoridades portuguesas que, ante el recrudecimiento de la situación, han incorporado a las labores de extinción a 832 militares de las Fuerzas Armadas y han pedido ayuda internacional.

La Autoridad Nacional de Protección Civil (ANCPC) lusa informó ayer de la existencia de al menos 33 fuegos sin control en la zona norte del país. Las zonas principalmente dañadas fueron dos espacios protegidos conocidos como Peneda Geres, en la localidad de Terras de Bouro y próximo a Galicia, y Serra da Estrela, uno de los más grandes de Portugal y situado en la región de Guarda, cercana a Castilla y León. Para la extinción de las llamas en Peneda Geres el Gobierno desplazó 130 profesionales, 41 vehículos y dos aeronaves. Asimismo, en Serra da Estrela fueron necesarios más de 200 bomberos.

Esta semana ha sido para Portugal la más trágica en la batalla contra los incendios. Fue especialmente funesta la jornada del miércoles, en la que las llamas estuvieron a punto de abrasar varias viviendas en el distrito norteño de Viana de Castelo. La fuerza del fuego obligó a cerrar dos carreteras y sembró el pánico en la población, que intentaba frenar por sus propios medios la devastación. La densa capa de humo obligó a movilizar decenas de ambulancias de las corporaciones de la ciudad y la Cruz Roja para atender al amplio número de ciudadanos aquejados de problemas respiratorios.

El presidente de la Asociación Nacional de Bomberos Profesionales (ANBP), Fernando Curto, subrayó que existe «una falta de eficacia que obliga a evaluar la parte operativa». Curto reconoció que hay «falta de planificación» y que el «cansancio acumulado» comienza a hacer mella. Y es que, según el rotativo 'Jornal de Noticias', entre el 12 de julio y el 10 de agosto han sido pasto de las llamas más de 45.000 hectáreas.

El Ministerio de Interior luso dijo ayer que está haciendo «todo lo posible para luchar contra los incendios forestales» y anunció la contratación de dos helicópteros adicionales para reforzar el dispositivo. Ayer, precisamente, el Gobierno portugués recibió dos Candair franceses, procedentes del plan europeo de colaboración contra catástrofes.

Además de los 400 efectivos que trabajan en las zonas afectadas, el Ejecutivo del país ha movilizado a las Fuerzas Armadas lusas. El cuerpo militar ha intervenido ya en unas 98 intervenciones y ha empleado a 832 soldados, según indicó en un comunicado el Estado Mayor General del país.

No es la primera vez que Portugal vive una catástrofe de similar magnitud. Durante los años 2003 y 2005 tuvo lugar también una fuerte ola de incendios. En ese período, las llamas arrasaron más de 20.000 héctareas de bosque, lo que se tradujo en pérdidas económicas próximas a los 20 millones de euros.