La Policía inspecciona el lugar del atentado en Bogotá, donde la explosión abrió un gran cráter. :: AFP
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Las FARC echan un pulso a Santos

El primer atentado de su mandato no causa heridos pero dificulta el diálogo

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El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, tuvo que lidiar ayer con el primer atentado de su mandato. Afortunadamente no se registraron víctimas mortales, pero nueve personas resultaron heridas leves y los daños materiales fueron cuantiosos como consecuencia del estallido de un coche bomba en el corazón financiero y diplomático de Bogotá.

Las autoridades atribuyeron a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) la autoría del ataque, que sacudió unas 1.600 viviendas, especialmente el edificio donde están las instalaciones de Caracol Radio y una sucursal de Bancolombia instalada en los bajos.

El jefe del Estado visitó la zona, acordonada durante unas horas como medida preventiva. La normalidad se fue imponiendo antes del mediodía, momento en que las autoridades nacionales y locales mantenían un consejo de seguridad en el que determinaron que no habrá recompensas para capturar a los autores. Al parecer, las cámaras de vigilancia aportan pistas suficientes como para que la Policía actúe sin ayuda de la población civil.

No obstante, Santos pidió no hacerle «el juego a los terroristas». «No nos van a intimidar, no nos van a asustar. No caeremos en la trampa; sigamos con la vida normal», pidió el mandatario. Ante las instalaciones de Caracol -asociado del Grupo Prisa a través de Unión Radio-, Santos calificó el bombazo de «cobarde hecho terrorista. Lo único que quieren es generar miedo y no lo lograrán». También advirtió de que la política de seguridad democrática de su antecesor no bajará la guardia y que «seguirán combatiendo con todo» al terrorismo.

Las cámaras de seguridad registraron a las 5.30 de la mañana (12.30 hora peninsular española) las imágenes de la explosión del automóvil, un Chevrolet Swift 1.0 cupé, de color gris, de 1984 y de placas BOO 483. Con la detonación saltó una lluvia de vidrios y esquirlas y cundió el pánico entre algunas de las personas que se encontraban allí. El estallido abrió un cráter de 45 centímetros de profundidad y 2,50 metros de diámetro. Según las primeras investigaciones policiales, el vehículo estaba cargado con unos cincuentas kilos de anfo, el mismo explosivo empleado en el atentado contra el Club El Nogal, en 2003 y que se atribuyó a las FARC.

Reacciones de condena

Por su parte, el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera Salazar, señaló que la acción es «solo una trampa más del terrorismo». «No nos dejaremos amedrentar», sentenció. Las reacciones de repulsa y condena fueron numerosas. Sin embargo, el ex candidato presidencial Gustavo Petro alertó de que con el atentado se busca «llevar al actual Gobierno a la postura del anterior».

En su discurso de investidura Santos se mostró dispuesto al diálogo aunque manteniendo la presión contra las guerrilla. De hecho, en tres días ha conseguido restablecer relaciones diplomáticas con Venezuela.