El lugar más fresco de la provincia
Cádiz Actualizado: GuardarEl reloj rebasa las 12 de la mañana en las inmediaciones de la calle Oso de Jerez. El sol cae como lenguas de fuego sobre los techos metálicos de una nave del polígono industrial. Las cubiertas rozan los 40 grados pero, en su interior el termómetro no supera los 18 bajo cero. 56 grados diferencia entre interior y exterior. Del invierno siberiano al verano gaditano con atravesar una puerta. La provincia se derrite con su ola de calor, pero la nave de Yeti Cubitos puede presumir de ser el lugar más fresco de la provincia. Hasta 10 grados es la temperatura máxima que se despacha en esta fábrica de hielos.
Esa horquilla invernal es la necesaria para la producción de agua congelada en las empresas de hielo de la provincia. Hielo picado, 'frapee', en barras o cubitos que en estos días dispara su producción «en un 60%», como puntualizaba ayer Ismael Benavent, dueño de Yeti Cubitos. Un incremento que lleva a la planta jerezana a producir de seis a ocho toneladas de cubitos de hielo al día que se distribuye por toda la provincia. «Ahora en verano la distribución se realiza por localidades costeras de Cádiz y en la propia capital. Sin embargo, hace escasos 20 días que empezamos a distribuir más cantidad. Julio ha ido muy mal», explicó Benavent.
Juan Barrera de Nazarena del Hielo confirma la mala situación. Barrera es el dueño de una pequeña planta de fabricación de hielo en el Puerto de Cádiz. «La cosa está fatal. Además hay mucha competencia en el mercado», se lamenta Barrera. Desde el Muelle Pesquero da servicio, en forma de hielo picado, a los barcos de pesca. «Nuestra función es suministrarles a granel para mantener el pescado». A parte, su empresa vende sacos de hielo de 20 kilos a particulares o empresas. Un servicio al por mayor que se diferencia de la oferta de Yeti Cubitos.
Un proceso de calidad
En el caso de la fábrica de Benavent, su producción se centra en el suministro a particulares y hostelería. De hecho, el empresario es el presidente de la recién creada Asociación de Fabricantes de Hielo Alimentario en Cubitos de España. Benavent ha aprovechado la diversidad de oferta en la provincia para especializarse en calidad: «El tratamiento previo del agua es fundamental para un buen resultado». Una excelencia que en la fábrica de Jerez les lleva a procesar el agua desposeyéndola de minerales o partículas de cloro en suspensión. Eso se consigue con un filtro de ósmosis inversa. «Lo implantamos en los años 80 cuando lo trajo la fábrica de La Casera. Es una forma de conseguir agua destilada, sin partículas», puntualizaba el fabricante que presume de la experiencia que le dan sus 28 años en el sector. «He creado máquinas únicas para evitar el procesado manual desde la fabricación al envasado».
La conversión en agua destilada hace que el hielo sea transparente al contacto con los líquidos. «Esa es la clave. Si se vuelve blanco es que no le han quitado las partículas y al congelar el agua estas pasan a estado sólido y pueden provocar problemas de riñón», puntualiza Ismael. A la purificación del agua, le sigue el proceso de realización del cubito de hielo. Una máquina con un evaporador riega por capas lo que se terminará transformando en hielo.
«A partir de ahí, pasa a un almacén de cubitos en los que ya hay que tratarlos como huevos de gallina para que no se rompan», explica Benavent. El envasado mecánico en bolsas de cuatro kilos pone fin a la fabricación. Las bolsas se almacenan en un cámara a 18 grados bajo cero. Un estancia que los trabajadores controlan a través de dependencias anexas que se encuentran entre 6 y 10 grados. Un contraste importante con la temperatura ambiente del verano y que garantiza que «en ningún momento se rompa la cadena del frío».
El cubito es el más popular pero no el único. La propia empresa de la capital -con sede en Sevilla- se encarga sólo de hielo picado. Una presentación que en su variedad alimentaria «esta siendo la revelación del verano para hacer cubatas o mojitos», como explica Benavent, cuya fábrica se encarga también de esta fórmula.
La última, más popular y tradicional, es en barra. Yeti Cubitos dejó de fabricarla en los últimos años pero la recuperó hace cuatro. «Y está teniendo mucha más demanda de la esperada». Peticiones para enfriar neveras y para decorar. «Nos han pedido para celebraciones o un espectáculo teatral que las usará para juegos de luces».
Aunque para el que le guste la apuesta tradicional siempre le quedará un refresco con dos hielos flotantes. Sin artificios ni cambios. Sólo tinto, gaseosa y hielo para helar el cálido verano gaditano.