El hombre que soñó con verter un cubito en su vaso

Ismael Benavent, de Yeti Cubitos, se sabe cada detalle de una profesión que le apasiona. Ha inventado máquinas para su empresa que ya emplean otras y sus 28 años de trabajo al frente de su fábrica de hielo la avalan de sobra. Y como no podía ser de otra forma, se conoce al dedillo la historia del precursor de su oficio: «Se llamaba Frederic Tudor. Era un norteamericano que implantó el uso de cubitos de hielo en Cuba». Fue a principios del XIX, cuando el país aún era una colonia española. Tudor tras endeudarse y quedar prácticamente en la ruina consiguió implantar su invento de verter un trozo de bloque de hielo en las bebidas.

De ahí dio el salto a España. Y es aquí donde experimentó su mayor avance. «Quizás porque los españoles somos como somos y un día decidimos refrescar rápidamente una bebida que debería estar fría», bromea Benavent. Pero lo cierto, es que hasta hace unos años «era impensable encontrar hielo fuera del país». Ahora, su uso se está normalizando en Portugal, Italia o Noruega. El propietario de Yeti Cubitos lo explica: «Hace unos meses vino un noruego a comprarme una de mis máquinas porque quería montar una fábrica de hielo. Y eso que allí no hace mucho calor que digamos».