Internan a un enfermo de esquizofrenia por tratar de apuñalar a una mujer
CÁDIZ. Actualizado: GuardarLa Audiencia Provincial de Cádiz ha obligado a un vecino de de El Puerto de 50 años que sufre esquizofrenia paranóide, a internar en un centro de atención psiquiátrica durante seis años por tratar de apuñalar a una mujer con la que se cruzó en la plaza de Sevilla en diciembre de 2008, aunque lo ha absuelto del delito de homicidio en grado de tentativa.
El tribunal considera probada la agresión, y reconoce que el hombre -Manuel G. Ch.- tenía «ánimo de matar», pero ha estimado el trastorno mental como un eximente total de la culpa. La agresión, además, era la segunda que el acusado cometía en el mismo lugar, donde un mes antes había tratado de apuñalar a otra persona, con la única razón de que «tenía que matar a una mujer», según declaró entonces a la policía.
El último ataque, por el que ha sido juzgado, tuvo lugar en la mañana del 23 de diciembre de 2008, cuando la víctima caminaba detrás de Manuel camino de la estación de trenes de Cádiz sin imaginar lo que le ocurriría. De súbito, el acusado se dio la vuelta y le golpeó «fuertemente con una mochila que llevaba» y la tiró al suelo, donde le propinó una paliza, con patadas y puñetazos. Entonces, «con un objeto punzante no identificado» la intentó apuñalar en el tórax y otras partes de su cuerpo con la «intención de causarle la muerte», según ha considerado probado el tribunal provincial en la sentencia condenatoria.
Por suerte, uno hombre que caminaba tras ellos intervino en el ataque y empujó a Manuel, salvándole la vida a la mujer, que tuvo que ser trasladada al hospital con múltiples heridas. La víctima «pensó que la iba a matar, ya que no tenía fuerzas ni para chillar, ni para defenderse», según declaró durante el juicio -el pasado mes de julio-.
Un riesgo para terceros
Manuel admitió también que había cometido los hechos, aunque dijo que no los reconocía debido a la esquizofrenia. El tribunal ha reconocido en la sentencia el trastorno mental, y que el acusado «se encontraba en un brote agudo que anuló su capacidad». Y aunque considera que existía «ánimo de matar», lo ha estimado un eximente total. Aún así ha impuesto el internamiento al acusado, ya que los forenses consideraban que su enfermedad «representa un riesgo para terceros».