El Santísimo ya no provoca adoración
Actualizado: GuardarCada día hay menos respeto al Santísimo Sacramento que luce en el altar de cultos de las respectivas parroquias. Es decir cuando, en el transcurso de las preces religiosas, el sacerdote convierte el pan y el vino en el cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo. Cada domingo que voy a la Santa Misa vengo observando que hay menos personas que se arrodillan en el momento en el que el sacerdote pronuncia esas palabras mágicas sacadas del Evangelio de «Tomad y comed todos de él porque esto es mi cuerpo» y lo mismo repite con el vino y muy pocas personas se arrodillan en esos momentos ante la presencia de que el Señor. Jesucristo baja a la mesa del altar y se hace presente en medio de nosotros, los privilegiados que estamos reunidos alrededor de su mesa. Dentro de mi ser presiento un profundo dolor en esos momentos por el poco respeto que cada vez hay hacía el Santísimo. Y como se sentirá en esos momentos él que no se le adora correctamente. Porque no se ha presentado ante todos los presentes cualquiera sino que se ha presentado Jesucristo el que nos ama y tendríamos que adorarle mucho más y ese sentimiento aflora bastante poco. Veo muy bien que si una persona está impedida que no lo pueda hacer, pues no lo haga pero una persona joven, lo veo una injusticia que se haga esto con Jesucristo que tanto nos ama y no nos abandona. Cómo la moda que se ha puesto de comulgar sin haberseconfesado previamente Cuando de sobra todos sabemos que somos pecadores y no amamos muchas veces a nuestros hermanos y muchas cosas más. Los confesionarios están vacios y no hay derecho a que recibamos a Dios sin haber recibido la absolución. Yo tengo mi confesor espiritual en otra iglesia y me confieso semanalmente con un sacerdote que me va muy bien con él y al cual ya no quiero dejar. Pero recibo a Cristo con mi corazón limpio y sano. Porque en mi cuerpo no voy a recibir a cualquiera, sino que voy a recibir a mi amigo que no me abandona, al mismo Dios que se queda conmigo en el pan.