Arabia Saudí teme a la Blackberry
El régimen de Riad y las autoridades de los Emiratos coinciden en una campaña para prohibir los terminales por las dificultades para controlar su uso
Actualizado:Se acabó el chatear impunemente. Arabia Saudí quiere saber cómo, cuándo y, sobre todo, de qué hablan sus ciudadanos cuando se abandonan al placer de la mensajería instantánea por Internet. Para ello, el pasado viernes Riad prohibió el servicio de Messenger de Blackberry, el único que usa servidores en el extranjero y que, por lo tanto, no puede ser vigilado por las puritanas y estrictas autoridades.
Cuatro horas después de imponer el veto, el servicio volvió a funcionar y, el sábado, la compañía llegó a finalmente a un acuerdo con el regulador saudí de comunicaciones para permitirles instalar un servidor para que el Gobierno pueda controlar los datos de los usuarios. El país custodio de los lugares santos del islam ha alegado motivos de seguridad, pero también morales. De hecho, desde hace varias semanas, la 'mutawa', la Policía religiosa, se ha dedicado a confiscar los terminales Blackberry de los jóvenes a los que sorprendían utilizando el servicio de chat Messenger, que no son, precisamente, una minoría. Entre el principal operador, Saudi Telecom, y la competencia el reino wahabí cuenta con más de 700.000 usuarios de este teléfono.
El veto saudí, que finalmente ha sido temporal, a uno de los servicios de Research in Motion (RIM), el fabricante canadiense de este teléfono inteligente, se une al ya anunciado por Emiratos Árabes Unidos (EAU), que se pondrá en marcha el próximo 11 de octubre. Los emiratos prohibirán todos los servicios de Internet de Blackberry ya que «permiten a los usuarios actuar sin ningún tipo de responsabilidad legal, lo que preocupa en el plano social y de seguridad nacional a los EAU», según el órgano regulador de telecomunicaciones del país.
La Blackberry es uno de los 'smartphone' más utilizados en el ámbito de los negocios, ya que el sistema de encriptación de la información es más sofisticado que el de otros fabricantes y, por lo tanto, más seguro. Además, RIM envía toda la información a sus propios servidores, que se encuentran en Canadá, por lo que la Policía de los distintos países no puede intervenir las comunicaciones.
Sin embargo, RIM ha negociado con países europeos y norteamericanos, y también con Rusia y China, para permitir a sus agencias de seguridad vigilar y descifrar el tráfico de información. Los países árabes no son una excepción. La firma canadiense sigue en negociaciones con los estados del golfo Pérsico para intentar revertir la prohibición, asegura el diario 'Saudi Gazette'.
Servicio de roaming
Los habitantes del Golfo, no obstante, no serán los únicos damnificados por la medida. El veto a Blackberry en EAU también afectará al servicio de roaming. Esto quiere decir que todos los visitantes extranjeros que acudan a Abú Dhabi o Dubai, dos importantes centros de negocios mundiales, no podrán usar los servicios de Internet de su móvil, como el acceso al correo electrónico o la navegación.
Muchas empresas emiratíes, donde hay más de medio millón de usuarios del controvertido 'smartphone', han mostrado su preocupación por cómo afectará el veto a sus negocios. «Insinuar que volvamos a la vida sin la Blackberry es como pedirnos que abandonemos el email por el correo convencional», asegura un ejecutivo de una empresa de inversiones en las páginas del diario 'Financial Times'.
A diferencia de otros servicios, la aplicación de mensajería electrónica Messenger, la prestación que Arabia Saudí quiere controlar, es utilizada principalmente por los jóvenes para conversar con sus amigos de forma gratuita. «El argumento de la seguridad nacional no es más que un pretexto» para censurar la libertad de expresión, alega Reporteros sin Fronteras.
Arabia Saudí y EAU son los primeros países del mundo en vetar el teléfono de RIM, aunque quizá no serán los últimos. El Gobierno de India también ha mostrado sus recelos sobre la Blackberry, alegando asimismo motivos de seguridad. Tras los atentados de Bombay del año pasado, Nueva Delhi quiere reforzar el control de las comunicaciones para intentar evitar nuevos ataques. Argelia, Egipto e incluso Líbano también han insinuado que podrían plantearse los bloqueos.