Afán recaudatorio de Interior
Actualizado:El PP ha anunciado que interpelará al ministro del Interior por las presiones que su Departamento ejerce sobre la Guardia Civil para forzar a sus agentes de tráfico a imponer sanciones. El requerimiento es adecuado porque el afán recaudatorio no contribuye a la seguridad vial: más bien irrita, pone en tensión a los automovilistas y fomenta la picaresca. Es evidente -las cifras cantan- que la disciplina impuesta en el tráfico por el equipo de Pere Navarro ha dado frutos elocuentes y ha puesto coto a una situación de siniestralidad inaceptable. Sin embargo, este rigor, para resultar eficaz, ha de tener contrapartidas por parte del Estado: mejora de las vías y de su señalización, comportamiento cooperativo de los guardias de tráfico, control racional de las infracciones para que no se produzca una simple caza de incautos. Además, las presiones sobre los agentes, cuyo plus de productividad dependerá de su eficacia sancionadora, crea inseguridad jurídica: si existe este interés directo en quien impone la multa, siempre quedará la duda sobre la objetividad de la denuncia. En definitiva, el buen camino emprendido por nuestra seguridad vial no se merecía este colofón descabellado.