MUNDO

¿Fue necesaria la demostración de fuerza?

PEKÍN. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

¿Fue necesaria la bomba atómica para derrotar a Japón y acabar la Segunda Guerra Mundial? La pregunta divide aún tanto a la sociedad americana como a la nipona, donde aún quedan 227.000 'hibakusha' (supervivientes) a tenor del periódico de Hiroshima 'Chugoku Shimbun'. Su memoria se extingue porque la edad media alcanza ya los 76 años y 8.000 de ellos fallecieron el año pasado.

Sin embargo, quedan algunos como Masahiro Kunishige, una de las voces más activas a favor de la abolición de las armas nucleares. Como tenía 14 años cuando estalló la bomba, sabe bien de qué habla. «Estaba en un campo de trigo con mis compañeros y fuimos cegados por un destello brillante. Los que nos despertamos vimos cómo la piel se caía a tiras», explica.

Japón es el único país que ha sufrido, y por dos veces, un ataque nuclear. Muchos estadounidenses opinan que era la única forma de derrotar al imperio del Sol Naciente, que mantenía su lucha tras la derrota nazi y había protagonizado un sinfín de atrocidades durante su expansión por Asia.

'Mujeres del consuelo'

En China todavía se recuerda la masacre de Nanjing, donde las tropas niponas aniquilaron a entre 150.000 y 300.000 personas en diciembre de 1937, muchas de ellas violadas y decapitadas en sádicas ejecuciones. A ellas se suman las 'mujeres del consuelo': 200.000 prisioneras de guerra chinas, taiwanesas, coreanas, indonesias y filipinas que fueron utilizadas por el Ejército imperial como esclavas sexuales y obligadas a prostituirse en sus burdeles.

Y también los más de 3.000 civiles chinos, rusos y mongoles empleados como conejillos de indias para probar armas químicas y biológicas en la Unidad 731, un siniestro laboratorio de Harbin, en la provincia nororiental de Heilongjiang, donde se llevaban a cabo experimentos que hubieran hecho las delicias del doctor Joseph Mengele, 'El ángel de la muerte'.