La mascota que Vejer quiso colocar en la Casa Blanca
Vejer estuvo a punto de regalar a los Obama un perro de agua español, típico de la provincia, pero los Kennedy se cruzaron en el camino
Actualizado:Sentado en el sillón de su despacho ojeó los periódicos. En todos, la noticia de portada era la llegada del primer afroamericano a la Casa Blanca. El alcalde de Vejer, Antonio Jesús Verdú, siguió con su día a día mientras la radio y la televisión desmenuzaban la victoria histórica de Obama, hasta que un dato despertó su atención. Papá Barack había prometido a sus dos hijas, Malia y Sasha, que les compraría un perro, pero había un inconveniente: Malia, la mayor, es alérgica y el pelo del animal era un serio problema.
Antonio se acostó esa noche dándole vueltas al asunto y no logró dormirse hasta dar con la idea que le permitiera colocar los ojos del mundo en su pueblo. La clave estaba en la promesa de un padre a sus hijas. Casi nadie lo sabe ni ha trascendido, pero hace poco más de un año, Verdú ofreció a Michelle Obama el obsequio de uno o varios ejemplares de perro de agua español, típico en Vejer y con grandes dotes para el pastoreo de ganado. Conocía el interés de la familia por la misma raza, pero de origen portugués –como la española, es de buen carácter y adecuada para los niños alérgicos porque no suelta pelo por su consistencia lanosa–. Además, su tamaño mediano lo convertía en un perro ‘portátil’, apto para viajes.
«Mi intención era colocar Vejer en boca de todos. Consideré que sería una buena idea ofrecerle un perro muy conocido en esta zona por su obediencia, fidelidad y capacidad de aprendizaje», rememora Verdú estos días, justo cuando la primera dama pasa unos días de vacaciones en Marbella con su hija Sasha. El regidor quería hacer las cosas bien y corrió a consultar su iniciativa con la diplomacia española. La propuesta obtuvo desde el primer momento muy buena acogida: de llegar a buen fin, la referencia constante en los medios de comunicación de todo el mundo del ‘Spanish Water Dog’ de la Casa Blanca, ayudaría a la proyección de España, Andalucía y Cádiz en el extranjero. «Desconocía que suponía un trabajo tan intenso de comunicación: desde Moncloa hasta la embajada estadounidense y, por supuesto, la Casa Blanca. Fueron días muy gratificantes porque veías cómo el tema avanzaba con visos de convertirse en realidad».
También hubo piedras en el camino. Primero se tuvo que verificar que la raza estuviera oficialmente reconocida en Estados Unidos por los principales registros: el ‘United Kennel Club’ (lo está desde 2001) y el ‘American Herding Breed Association’ (desde 2007). También se prestó especial atención a los ‘lobbies’ que pudieran considerarlo un regalo inaceptable para el presidente de Estados Unidos. Con el fin evitar posibles impedimentos fitosanitarios ante una importación desde España, el alcalde se ofreció a cruzar el Atlántico junto con un veterinario de la Asociación del Perro de Agua Español para seleccionar un ejemplar que respondiese al estándar más exigente de la raza autóctona en un criadero estadounidense: lo esencial no era que el perro fuera oriundo de España, sino que la raza lo fuese.
Carta de Washington
Pero un día Verdú abrió el periódico y sus esperanzas se desvanecieron de golpe. Puso la radio y sus temores se confirmaron. Encendió la televisión y vio cómo un perro de agua portugués de seis meses ocupaba el espacio mediático que había soñado para Vejer. ‘Bo’ ya era la mascota más famosa del mundo. El senador demócrata Edward Kennedy, que poseía tres perros de esta misma raza, obsequió a Obama con uno de ellos tras 20 días de gestiones por parte de Verdú. El Algarve, la zona originaria del can, se llevaba la gran alegría, convencidos de que el gesto fomentaría el turismo y popularizaría esa raza canina, justo lo soñado por el alcalde gaditano. «Fue un pequeño varapalo porque estaba muy ilusionado».
En agosto del pasado año, una carta llegó al Ayuntamiento de Vejer. La sorpresa y los nervios se apoderaron del lugar. Procedía de Washington. En la misiva, Michelle agradecía personalmente el gesto de los vejeriegos tras enterarse de las gestiones. «Fue una rotunda sorpresa porque era algo que no me esperaba. Es un gesto muy especial sobre todo porque la primera dama se interesara personalmente en responder». Pocos saben de esta historia, incluso los vecinos de Vejer desconocen lo cerca que estuvieron de tener un vínculo, aunque fuera a través de una mascota, con la familia Obama.
La carta de agradecimiento de Michelle
«Muchísimas gracias por su atento regalo. Fue un gesto muy amable y espero que sepa cuánto agradezco que haya pensado en mí. La amabilidad de personas en todo el mundo me sigue impresionando, y estoy llena de una gran sensación de esperanza para nuestro futuro. Todos los días, incluso enfrentándose nuestras naciones a sus propios retos, distintos pero interconectados, mi fe en un mañana mejor sigue fortaleciéndose. Le doy las gracias una vez más por el regalo y le deseo todo lo mejor», reza el escrito.