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Tribuna

El puente no puede ni debe pararse, ni ralentizarse

AURELIO SÁNCHEZ
DIPUTADO NACIONAL POR CÁDIZ DEL PPActualizado:

Hoy nadie duda de la importancia y necesidad del nuevo puente de acceso a Cádiz y de que no es sólo un símbolo del bicentenario de la promulgación de la primera Constitución española, una de las tres más importantes del mundo con la francesa y la americana, sino una infraestructura esencial para el empleo, desarrollo económico y avance de Cádiz y su provincia. Este proyecto no hubiera sido posible sin el empeño y visión de futuro de la alcaldesa de Cádiz que creyó y defendió con vehemencia la necesidad de este puente. La necesidad y compromiso del Partido Popular que Teófila Martínez consiguió de Aznar y Álvarez-Cascos no fue vista ni compartida entonces por los dirigentes socialistas gaditanos y por ello no lo exigieron a su gobierno.

Justo es decir que posteriormente lo reconocieron y elaboraron el proyecto e iniciaron su construcción. Ahora los socialistas lejos de apuntarse la realización y para defender el parón de las obras alegan que el PP pudo haber realizado el puente en sus años de gobierno y no lo hizo. Si, como también podía haber terminado la Vejer-Algeciras, la conexión con la A-7 o la Alta Velocidad, todo lo que hoy el Gobierno socialista vende como propio y que no hubiera sido posible si el Gobierno popular no hubiera sido quien elaboró los proyectos e inició algunas de ellas. Se olvidan de que los cajones de la mesa del ministro Borrell estaban vacíos de proyectos socialistas para Cádiz. A día de hoy, todas las obras que se están realizando en nuestra provincia las pensó e inició el Gobierno del PP. El Gobierno socialista se ha limitado a continuarlas, pero reduciendo enormemente su ritmo de construcción. Así, en tiempos de Álvarez-Cascos se veían carteles anunciando que se trabajaba a tres turnos y cuando llegó Magdalena Álvarez los redujo a uno solo. Esos retrasos son culpables de que ahora, por la crisis, se paralicen, retrasen o anulen, cuando ya debían estar concluidos de haberse seguido el ritmo previsto por el PP.

Desde entonces, han pasado seis años y medio y el gobierno socialista no ha iniciado ninguna obra propia, como podía ser su compromiso de duplicar la Nacional-IV, como alternativa a su incumplimiento del compromiso de rescatar el peaje de la autopista AP-4. Ahora, el ministro Blanco dice que nunca se hará y que el que quiera autopista que la pague, cuando fue un compromiso de su partido construir una autovía alternativa a cada autopista de peaje. En Cádiz, vivimos en parálisis de infraestructuras desde que gobierna Zapatero. No se ha hecho un solo kilómetro de la autovía A-7, no se ha inaugurado la devaluada Alta Velocidad, no está proyectada la conexión ferroviaria con la Costa del Sol ni la conexión entre las bahías de Cádiz y de Algeciras. Lo mismo ocurre con la conexión por carretera con Málaga por la A-2 (Arcos-Algodonales) o con Huelva sin pasar por la S-30 sevillana, estas dos últimas de competencia del Gobierno socialista andaluz. Toda esta reducción de inversión en obra pública significa reducción de empleo en una de las provincias con más paro de España y donde la inversión estatal debe cubrir las carencias de la privada. Por otro lado consideramos que la decisión de paralizar las inversiones públicas debía de haberse hecho en función de la necesidad del desarrollo económico de las zonas y no en pago y agradecimiento por los favores políticos prestados por catalanes, vascos y canarios para mantenerlos en el poder.

El ministro de Fomento no paró las obras del puente en la Comisión de Infraestructuras pues ya estaban paradas por las contratas al debérseles dos certificaciones retrasadas por falta de liquidez. Pero al preguntarle el portavoz popular por su futuro, a requerimiento de la alcaldesa de Cádiz, el ministro respondió que el puente era prioritario y que buscaría una solución 'ad hoc'. Miedo nos da después de oír al ministro decir que el que contamina paga y que el que lo use paga, se le ocurra imponer un peaje 'ad hoc' para su financiación. No se atreverá porque le diremos que los gaditanos ya tuvimos un peaje para financiar el puente actual y no estamos dispuestos a repetirlo. Así que encuentren otra solución y pronto porque, como dice el Manifiesto de la ciudad de Cádiz por el Segundo Puente en el Doce: «La construcción del Segundo Puente sobre la Bahía no puede pararse; no puede ni debe, siquiera, ralentizarse. Porque ello supondría también la paralización de todas las expectativas de crecimiento económico y social de la Bahía de Cádiz basados en este proyecto, ahora más importante que nunca. Frustrar su puesta en funcionamiento en la fecha prevista del Doce, cuando Cádiz será centro del mundo iberoamericano, supondría ofrecer a todos una imagen de la ciudad que los gaditanos no nos merecemos».