ME LO HAN CAMBIADO

Sí, así es, que no es el mismo equipo, que me lo han cambiado. Este no es mi Cádiz y lo último para que se parezca menos ha sido eliminar de un plumazo el azul del uniforme. No me lo podía creer, pero así ha sido. No sé quién habrá sido el lumbreras del club que habrá decidido eso, es que no se puede hacer peor. La enésima medida antipopular que unir a la larga lista de decisiones equivocadas. Pero acertar en esta era fácil, pues ni por esas ¿cuál será el próximo cambio? ¿el escudo? ¿el nombre del equipo? Ah, no, lo próximo será el himno, ya que el mismo dice: «los colores que lleva el equipo, amarillo y azul se impondrán», y claro, ya no pega eso. Podemos esperarnos cualquier cosa. Con el agravante además de que estamos en el año del Centenario y nadie, por muchas acciones que tenga, tiene derecho bajo ningún concepto a cambiar a su antojo la historia, la tradición y los colores de un club. Los experimentos, con gaseosa, es decir, que inventen con la segunda y con la tercera (de hecho así ha sido), pero con la primera no. Capítulo aparte merece la de los cuadritos, pero bueno, como digo, con la segunda indumentaria que hagan lo que quieran. Pero con los colores tradicionales, NO. Iluso de mí, esperaba este año del cumpleaños cadista una ropa con tintes de otra época pero con un toque de modernidad, pero no la supresión del otro color representativo. Que parece que se les ha olvidado a los responsables actuales que el Cádiz es un equipo bicolor, y que tanta importancia tiene el color amarillo como el azul, que por algo son los colores lasalianos o lo que es lo mismo, los inicios de nuestro equipo. Posiblemente desconozcan los mandatarios del club la historia y el por qué de las cosas. El tema de los colores no es una cuestión baladí, por eso, me uno a la legión de seguidores cadistas que exigimos, sí, así de claro, exigimos que vuelva el color azul de la indumentaria. Que se cambien esos disfraces que han presentado por ropa deportiva de verdad y acorde con lo que ha sido, al menos hasta ahora, el Cádiz. Es lo que nos faltaba para que nos dijeran por los campos este año, ¡esto sí que es, una chirigota! Pero es que tendrían razón, oiga. Y punto.