«A pesar de que me vean siempre riéndome he trabajado mucho»
Lleva media década regentando un negocio que ha traspasado fronteras por su buen hacer en la cocinaFaustino Rodríguez Propietario de Bar Juanito
JEREZ.Actualizado:La fama del Bar Juanito ha traspasado fronteras. Su propietario, Faustino Rodríguez lleva cincuenta años trabajando en él y asegura que hoy se cumplen 67 desde que el negocio echó a andar en manos de su padre. Aunque ha disfrutado trabajando en la hostelería, reconoce que también le hubiese encantado ser representante de bodegas. Junto a sus hijos ha creado Alta Cazuela, una empresa de cátering y de comida envasada «para abrir más el abanico» gastronómico.
-¿Cuánto tiempo lleva trabajando en el Bar Juanito?
-Comencé en el año 1960, aunque mi padre lo abrió en 1943. Mañana -hoy para el lector- se cumplen 67 años desde su apertura. Recuerdo que yo tenía poco más de once años.
-Después de estar tanto tiempo en este negocio, habiendo conseguido prácticamente todos los éxitos posibles ¿cómo se plantea el día a día?
-Pienso que todo no lo he conseguido, creo que es algo imposible, pero sí es cierto que al menos soy conocido y he sido reconocido, tanto a nivel nacional como mundial. Nunca había pensado que podía haber llegado tan lejos con un bar. Ahora mismo estamos metidos en otra empresa de cátering y comida envasada, llamada Alta Cazuela, y aunque es más cosa de mis hijos, yo también estoy echando una mano. Es decir, cada vez, en lugar de parar, estoy abriendo más el abanico de trabajo, a pesar de que los tiempos están como están con eso de la crisis. No paramos, aunque cada vez toman más protagonismo mis hijos, mientras que yo me dedico cada vez más a una especie de relaciones públicas.
-¿Cuánto tiempo lleva funcionando Alta Cazuela?
-Ahora va a hacer un año que comenzamos a funcionar. Nos estamos dedicando más fuerte a comidas envasadas pero también estamos haciendo cosas de cátering. A la gente le gusta y estamos muy bien dentro de como está la cosa, pues no es tiempo de bonanza.
-De usted sí se puede decir que es profeta en su tierra, porque en Jerez ¿quién no conoce el Bar Juanito?
-Profeta no sé, pero sí es verdad que he tenido reconocimiento del público de Jerez, aunque mi familia y yo hemos trabajado mucho y lo seguimos haciendo, a pesar de que a mí me vean siempre riéndome. Para mí esta ciudad es el paraíso, es lo mejor porque su gente es la que me ha hecho crecer y estar bien. He tenido la suerte de haber nacido aquí y ya a mis años no me voy a mover.
-Lleva toda la vida trabajando en la hostelería, pero de no haberlo hecho, ¿qué otra profesión le hubiera gustado tener?
-Como mi padre era un monstruo en la hostelería en aquellos tiempos, porque todo el mundo conocía a Juanito 'el dos pajaritos', tuve la suerte de poderme dedicar a esto. Sin embargo me hubiese gustado ser comercial, como se dice ahora, de las bodegas. Antes se decía representantes de las firmas e iban a todos los bares de la ciudad a dar a conocer un producto como el vino, que se vendía y se bebía mucho. Como antes no había ni móviles ni nada, a veces había hasta diez representantes en un mismo negocio, sobre todo cuando Rumasa tenía tantas bodegas. Para mí estos señores tenían un gran valor, porque sabían hablar de todos los temas, etc... No me hubiese gustado ser futbolista, ni torero.
No obstante, me ha gustado mucho lo que he hecho, me he divertido aunque he trabajado muchas horas y sobre todo cuando todo el mundo está divirtiéndose.
-En todo el tiempo que lleva trabajando le habrán ocurrido muchas anécdotas.
-Ha habido de todo, aunque he tenido suerte. Ha venido mucha gente de fuera y de todas las clases, personas normales y artistas, políticos, etc... Siempre he tenido por costumbre alternar con el público, comer y beber con ellos. Un día había una reunión en el mostrador, cuando aún no tenía el restaurante y estuve picando con ellos. No los conocía de nada. Les había servido ocho o diez raciones pero me lo había comido yo casi todo. Uno de los señores me dijo entonces 'lléneme la copa y póngame de comer algo que no le guste'. Es una anécdota de las miles que habré vivido, pero fue muy 'guapa'.