«Si no ganas medalla, no te felicitan»
La jerezana acaba el Europeo con buenas sensaciones, después de una clasificatoria difícil y de un meritorio sexto puesto en la final Mercedes Chilla Lanzadora de jabalina
JEREZ.Actualizado:Llegó al Europeo tras alzarse no sólo con su octavo título nacional, sino también con una nueva marca histórica para la jabalina en España. La cita en Barcelona se empeñaba en trasladarle una presión añadida: el recuerdo del bronce en el anterior torneo comunitario. Sin embargo, Mercedes Chilla siempre supo otorgarle su peso oportuno. Ahora se enorgullece de su sexto puesto en este campeonato, que le ha obligado a afrontar retos, contras y miedos desde que se iniciase su transcurso.
-¿Cuál es su valoración final de este sexto puesto europeo?
-Ha sido muy buen resultado. Estamos muy contentos porque hemos competido a un buen nivel, y sobre todo después de lo que hicimos en la calificación, que nos dejó un poco asustados. Allí lo pasamos muy mal, calenté bien pero después me puse muy nerviosa. Aunque parezca una chorrada, competir en casa se nota muchísimo.
-¿En qué lo notó?
-Pues en que mientras calentaba estaba muy tranquila, estaba superando la marca de calificación que nos habían puesto, pero cuando escuché eso de «comienza la prueba» me dio bastante miedo.
-Respecto a la final, ha comentado varias veces que se le escapó la jabalina de los dedos en su segundo mejor tiro.
-Sí; fue mi mejor tiro técnicamente, pero al entrar a tirar se me escapó de la mano. Nada más lanzarlo supe que el lanzamiento era bueno, pero que se me había ido. Saqué tres centímetros menos que en el lanzamiento de 61,40, que técnicamente fue muy malo, pero le di muchísima fuerza de brazo. Si ese tiro se hubiese enganchado imagino que habría podido subir un par de puestos, pero no creo que hubiera superado el récord de España otra vez. No lo sé.
-Pero se podría haber aproximado más a su marca actual de 64,07 metros, ¿no?
-Yo siempre digo que un récord de España no se hace todos los días, que es muy difícil. Aún así yo estaba intentándolo, por supuesto, porque esa regularidad por encima de 60 metros indica que se puede lanzar más. Ese tiro que se me escapó sería el que tendría que haber sido ese 'más'. Aún así, es un resultado muy bueno. Lo que pasa es que la gente piensa que si no ganas una medalla, aunque te la regalen, no lo has hecho bien.
-Siempre dice que cuando se lanza, hay que sentir rabia y vigilar muchas variantes. ¿Es necesaria esa rabia para competir?
-Sí. Es lo que diferencia un entrenamiento de una competición, esa fuerza interna que sacas allí que no tienes en un entrenamiento. También es la causa de la diferencia de metros entre ambas. Si no tienes eso, no eres buen competidor. Además de eso, tienes que controlar los aspectos externos: la jabalina, el tiempo, porque tienes un minuto para lanzar, el que está corriendo los 3.000, el viento... no se tira a lo loco, ni muchísimo menos.
-Y en la final del Europeo, ¿de dónde venía esa rabia? ¿de la presión por ganar? ¿de estar en casa?
-Era más por pensar 'quiero hacerlo bien porque la he cagado en la calificación'. Ese día estaba mucho más tranquila, porque para mí lo más duro es calificarme; son tres tiros y puede pasar de todo.
- Además de ser sólo tres tiros, ¿por qué la calificación tiene esa dificultad añadida?
-Porque puede que ese día no estés bien por lo que sea, y si fallas te quedas fuera de la final. Eso sí que hubiera sido un fracaso para nosotros. Aún así, la final fue mucho más asustante, como quien dice, porque había muchísima gente, y se escuchaban desde la pista una barbaridad. Coincidió además que en algunos momentos no había nada más celebrándose y estaba todo el mundo viéndonos. La rabia siempre que compito la tengo, pero si compites con gente buena, en un Europeo y en casa, pues crece más todavía.
-Centrándonos ahora en la calificación, ¿cómo fue el desarrollo de esta primera fase del Europeo?
-Tiré el primer lanzamiento, fue muy malo, y pensé: 'Dios mío, no voy a dejar ningun tiro sin lanzar, porque cualquiera puede ser bueno por lo que sea'. ¿Cómo lo viví? Pues estaba muerta de miedo, pensé que me quedaba fuera. De hecho, cuando salí de allí pensé que no me merecía haber pasado a la final.
-Pero fue una fase difícil para todas las lanzadoras, ¿no?
-Sí, se tiró poco porque hacía muchísimo viento ese día. Era complicado llegar a la final. Por ejemplo, en la calificación hubo una chica de Ucrania que traía más de 63 metros de marca y se quedó fuera. Es difícil competir, porque todo el mundo puede tener un mal día. Incluso en la final la eslovena que venía con 67 metros quedó octava más o menos. Pero para eso se hacen las competiciones, sino se darían los títulos por ránking.
-A pesar de todo no se dejó asustar para la final. La afrontó con mucha tranquilidad.
-Exacto; estaba tranquila, más amplia y con los gestos más técnicos. En la final ya empecé a sentir que estaba lanzando mejor. El primer tiro fue malo, porque se me fue el bloqueo. Cada tiro tuvo lo suyo, y el que mejor enganché fue el que se me escapó. En el quinto tiro me hice un poco de daño, y fui al sexto con miedo de romperme. Pero bueno, aún así lancé por encima de 60 metros, y tirando regular.
-Ahora que ya ha acabado, ¿cómo sopesa este Europeo dentro de su trayectoria?
-Es un éxito, al igual que el noveno puesto en la olimpiada también lo fue. Sigo diciendo que la gente, si no ganas una medalla, aunque sea en un provincial, no te va a felicitar. Te va a preguntar por qué te salió mal. Pues no, no salió mal. Lo atípico fue la medalla en Goteborg, porque lancé 61,98 metros, y no hay mucha diferencia con lo que he hecho ahora. Lo que pasa es que allí, por las circunstancias, conseguí un poco más, y aquí pues he quedado más o menos bien.
-¿Cuáles son sus proyectos inmediatos ahora?
-Pues tenemos Zurich el día 19 de agosto confirmado, y para el 13 estamos pendientes de que Londres nos diga qué quiere hacer.
-¿Y después descansará?
-Sí, después el cuerpo necesita un poco de descanso. Sin hacer nada estaré casi seguro dos semanas, y después empezaremos a rodar un poco, por no abandonarnos demasiado. También escalaré, que siempre ayuda a mantenerse bien.
-Hace unas semanas aseguraba que los viajes no le venían bien para competir. ¿Llevará esto a la práctica la próxima temporada?
-Pues no lo hemos planteado todavía. Como nosotros no tenemos temporada invernal, sino que empezamos a competir en mayo, eso dependerá de muchas cosas. De todas formas, hasta noviembre no volveré a entrenar en serio, porque la temporada que viene empezamos y terminamos tarde.