Los rescoldos de un conflicto inconcluso
La tensión nunca ha desaparecido en el área que separa a ambos estados y los choques se repiten con asiduidad
Actualizado: GuardarEl incidente pudo ser quizás un aviso, una chispa de la tensión que se acumula en la frontera entre Líbano e Israel, uno de los puntos más calientes de Oriente Próximo, marcado por años de ocupación y por la guerra que en el verano de 2006 dejó miles de muertos.
El 12 de julio de aquel año milicianos de Hezbolá lanzaron varios cohetes contra tropas israelíes. En el ataque murieron tres soldados hebreos y otros dos fueron capturados. Tel Aviv lo consideró un acto de guerra y al día siguiente bombardeó el aeropuerto internacional de Beirut. Así se inició una contienda que duró 34 días y en la que fallecieron más de 1.200 libaneses, la mayor parte de ellos civiles, y unos 150 judíos, casi todos militares. El conflicto inutilizó gran cantidad de infraestructura en el País del Cedro, donde se desplazó a más de un millón de personas por casi medio millón en el Estado hebreo.
El alto el fuego se declaró el 14 de agosto, aunque el conflicto nunca se ha dado por finalizado de forma oficial. Desde entonces, Naciones Unidas ha desplegado una fuerza de paz de más de 12.000 soldados con el objetivo de vigilar el alto el fuego pero que carece de capacidad para detener un choque armado.
Rearme de Hezbolá
A pesar del fin de las hostilidades, desde 2006 se han producido varias escaramuzas y tiroteos en la frontera, siendo el más preocupante y grave el que se registró ayer. Israel acusa a Hezbolá de expandir sus fuerzas, tanto en hombres como armamento, al tiempo que responsabiliza a Siria e Irán de haber armado al grupo fundamentalista chií con misiles Scud, que, en caso de conflicto, podrían alcanzar todo el territorio hebreo. Los líderes del movimiento radical libanés no han confirmado ni desmentido este aspecto. El Gobierno de Netanyahu se prepara para un posible conflicto de mayores dimensiones y para ello ha desplegado nuevos sistemas de defensa en las cercanías de la 'linea azul'.
El 'think tank' (grupo de estudio) International Crisis Group (ICG), especializado en conflictos armados, advirtió esta semana en un informe de que una nueva guerra entre Hezbolá o Líbano e Israel sería mucho más destructiva y podría llevar a la implicación de otros actores regionales. El mayor acercamiento entre los radicales libaneses, Hamás, Siria e Irán podría complicar y extender el conflicto por toda la región, asegura.