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CARTAS A LA DIRECTORA

Aún no salgo de mi asombro

MANUEL CÁDIZ TEMBLADOR. CÁDIZ
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Señora Teófila, qué bien le está saliendo todo lo referente al Bicentenario de la Constitución del 1812, vendiéndola por toda Sudamérica con esos viajes que están realizando usted y su equipo por dicho continente y con un gasto desmesurado y enorme para el Ayuntamiento. Se está encargando de vender nuestra ciudad como cuna de la libertad, de la igualdad para todas las personas, donde la discriminación no existe y otras tantas cosas que usted defiende, pero que no se cree.

Aún no salgo de mi asombro. Han sido tres veces las que he pedido reunirme con usted, la primera en febrero de 2009 y las tres me han sido denegadas. Y más grande es mi sorpresa cuando rechaza mi petición aun sabiendo usted muy bien el tema que quiero tratar, que no es otro que la eliminación de barreras arquitectónicas en la calle Cervantes (aceras) para facilitar la vida a mi hija que posee una minusvalía del 95% y tiene unas enormes dificultades para caminar, lo cual le hace la vida aún más complicada. Me duele ver cómo todo lo que usted predica de esta santa ciudad no se aplica a una de sus ciudadanas que, como otra cualquiera ,tiene unos derechos que le amparan para que dichas barreras arquitectónicas sean eliminadas. No es un capricho, es una necesidad y además la ley nos da la razón y usted lo sabe. Esa igualdad, libertad y la eliminación de la discriminación no la aplica en nuestra cuidad.

Cierto es que algunos de sus concejales sí me han recibido, así como algunos de sus técnicos, pero sus respuestas lo único que han demostrado es su ineptitud para dichos cargos, puesto que, entre los motivos que alegan para no eliminar dichas aceras, aluden a la seguridad para los peatones y que las medidas de la calle Cervantes no son suficientes para eliminar las aceras. Pero le invito a usted y a sus magníficos concejales y técnicos a que vean y comprueben que calles como San Pedro, Feduchy, Santo Cristo, Ceballos o Sacramento, entre otras tantas, tienen las mismas o menores medidas y poseen un tráfico mucho más denso que el que hay en la calle Cervantes y sus aceras han sido eliminadas, o como está ocurriendo actualmente en la calle Diego Arias. Sus técnicos y concejales mienten.

Para finalizar también quiero hacer preguntar que cómo es posible que un centro de salud tenga en su acceso barreras arquitectónicas. Señora alcaldesa, pase usted por la calle Cervantes y luego manifieste su decálogo de buenas palabras que no cumple.