Zapatero, durante la inauguración del Centro de Alto Rendimiento de Atletismo de León. :: EFE
ESPAÑA

Zapatero se mancha las manos en Madrid y aúpa a Trinidad Jiménez como candidata

El jefe del Ejecutivo sitúa a Tomás Gómez ante la decision extrema de retarle en unas primarias o rendirse ahora

LEÓN / MADRID. Actualizado: Guardar
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Había procurado mantenerse en la trastienda, mientras José Blanco y Manuel Chaves intentaban gestionar el enredo de las candidaturas madrileñas, pero finalmente José Luis Rodríguez Zapatero tuvo que mojarse ante la contumacia del secretario general del PSM, Tomás Gómez, empeñado en aspirar a la presidencia de la Comunidad de Madrid. A su estilo, sutil, hizo ver por fin al díscolo que la apuesta por Trinidad Jiménez no es solo cosa del ministro de Fomento, sino su propia preferencia personal como líder nacional del PSOE.

Hasta ayer apenas había habido oportunidad de preguntar al jefe del Ejecutivo por este conflicto interno que tiene una importancia simbólica: nadie se había atrevido, como Gómez, a cuestionar la autoridad del presidente del Gobierno en el partido. El viernes, durante el balance semestral de su gestión en Moncloa, Zapatero había rehusado hacer manifestación alguna con el pretexto del debido respeto institucional, pero la excusa ya no valía en León, porque no se encontraba en la sede del Gobierno de España sino en la inauguración de un centro de alto rendimiento deportivo y hacer allí mención a cuestiones del partido no podía chirriar.

Tampoco es que hiciera ningún anuncio concreto, ni que exigiera a Gómez que se eche a un lado, pero los dirigentes socialistas consultados tienen pocas dudas del sentido de sus palabras: apuntó a un tándem electoral para Comunidad y Ayuntamiento compuesto por la ministra de Sanidad y ex candidata a la alcaldía de Madrid, 'Trini' (como la llaman sus compañeros de partido), y el secretario de Estado para el Deporte (y buen amigo del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba), Jaime Lissavetzky.

«Lo que va a intentar el PSOE es cambiar las cosas en Madrid. Lo haremos con los mejores. Los militantes eligen a los mejores y entre los mejores está Lissavetzky», dijo. A esto hay que unir que, pese a afirmar que su valoración de Gómez y de su labor al frente del PSM es «buena» -él mismo lo aupó a la secretaría general hace tres años, tras el descalabro de Rafael Simancas-, añadió que la que tiene de Trinidad Jiménez es «buena, buenísima». Es más, subrayó que su «magnífica gestión ha sido una de las cosas que «más satisfacción» le han producido como presidente del Gobierno.

Duelo

Ahora queda por ver si, tras esta intervención, el líder del PSM mantiene su pulso y se pone a recabar avales para concurrir a unas primarias -como siempre aseguró que haría si le intentaban imponer un candidato desde arriba- o si tira la toalla. Lo que queda descartado es que sea Zapatero quien dé un paso. La cosa no estaba tan clara hasta hace poco.

Las espadas entre Blanco y Tomás Gómez se mantuvieron en alto ante la amenaza firme del segundo, que asegura contar con el apoyo del 96% de la federación regional. Pero el martes pasado el vicesecretario general del PSOE avisó al líder madrileño de que no se rendía y ahora ha sido el presidente del Gobierno en persona quien ha entrado en la batalla con un mensaje nítido: si Gómez quiere medirse con su 'ahijada' política, adelante.

Zapatero admitió que las normas del partido están para ser «respetadas», es decir, que si se cumplen los requisitos para celebrar primarias, las habrá. Además, afirmó que los mejores candidatos son «los que los militantes deciden». No parece que David Lucas, el portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid, vaya a plantar cara al jefe del Ejecutivo a pesar de que nunca ha ocultado su deseo de aspirar a la alcaldía. Pero la Comunidad es una incógnita.

El caso es que los socialistas admiten que, presenten a quien presenten, será difícil desbancar a Esperanza Aguirre. Pero los detractores de Gómez alegan que es necesario transmitir a los ciudadanos que, al menos, van a por todas. Sobre todo, porque aseguran haber detectado en las encuestas que la 'lideresa' del PP ha iniciado una etapa de declive y confían en que una buena campaña electoral pueda acelerar esa tendencia. «Con Trini, desde luego, hay partido», dice un miembro de la Ejecutiva federal y de la madrileña. La de Sanidad es una de las ministras mejor valoradas del Gobierno y a Lissavetsky se le asocia ahora, a su juicio, con muy buenas noticias por los éxitos del deporte español.