QUÉDESE EN EL ASILO
Actualizado:Con la boina 'enroscá' hasta las cejas y la mandíbula medio metro por delante de la nariz aquel humorista decía: «¡Mire, que si hay que ir se va, pero ir 'pa na' es tontería!». Y lo cierto es que el 'campurro' llevaba más razón que un santo, pero la cosa es que últimamente los grandes deportistas parecen haberse empecinado en torcer sus leyendas. Entiendo que a los grandes guerreros les cueste aquello del descanso y se nieguen a retirarse al asilo, pero no termino de comprender que regresen a la competición para apuntalar unas carreras deportivas que hubieran quedado impolutas de no ser por los últimos coletazos.
Vayamos a los casos prácticos: los más recientes han sido los de Michael Schumacher y Lance Armstrong. El piloto alemán nunca se ha caracterizado por ser un caballero sobre el asfalto, pero sus victorias eclipsaban su posible 'violencia' sobre el volante. Ahora que lo de ganar se ha convertido en una quimera para 'Schumi', el gran campeón se ve reducido a un piloto mediocre capaz de tirar contra el muro a un ex compañero por tal de luchar por el décimo puesto de la clasificación. Barrichello, tras jugarse la vida en el adelantamiento e imponerse a Schumacher, dio su opinión: «Si Michael ha vuelto para esto, mejor que se hubiera quedado en casa».
Otro que hubiera ganado quedándose en el asilo habría sido Armstrong. El americano se había convertido en un referente de superación tras salvar una grave enfermedad y acumular en su palmarés más Tours de Francia que ningún otro ciclista en la historia de este deporte. Pero lejos de darse por satisfecho, Lance se aventuró a luchar por su octava 'grande boucle' dejando de lado el compañerismo. Que le pregunten a Contador lo que sufrió teniendo al enemigo en casa. Por si no fuera poco, en la última edición partía en la terna de favoritos y acabó arrastrándose por las carreteras de Francia.