Francisco Muñoz, elegido hermano mayor
JEREZ.Actualizado:La hermandad de la Vera-Cruz tiene desde el pasado jueves un nuevo hermano mayor en el cofrade Francisco Muñoz Céspedes. Si la figura del hermano mayor es importante en la cofradía, lo que realmente causó sensación en la corporación del Jueves Santo es el quórum alcanzado para nombrar a Muñoz como nuevo máximo dirigente sustituyendo a José Angel Díaz, ya que se acercaron a las urnas de San Juan de los Caballeros a finales de julio un total de 147 hermanos.
De ese total, Francisco Muñoz consiguió la confianza de 96 hermanos, mientras que 47 se inclinaron por la candidatura de Quintana, que perdió las elecciones por una clara mayoría. Otro hecho significativo fue que apenas tres hermanos decidieron votar en blanco, un hecho que deja bien a las claras el interés de los integrantes de la corporación de la Vera-Cruz en cambiar el rumbo hasta ahora definido, que ha conseguido que el fantasma de la gestora diocesana planee con fuerza por la iglesia de San Juan de los Caballeros en los últimos meses.
Así, el principal objetivo marcado por la candidatura ganadora será recuperar la normalidad en una cofradía que ha vivido con intensidad los últimos cabildos, algunos impugnados, otros alterados. Recuperar la normalidad en la vida diaria de la hermandad, conseguir motivar a los hermanos para vivir el día a día de su cofradía. Esa será la principal novedad en una cofradía que estéticamente ya está más que consolidada, y que volverá por sus fueros ya que en la candidatura de Francisco Muñoz hay muchos de los ideólogos del cambio estético que vivió la cofradía en la década de los noventa y que la situó en el ranking de las hermandades con sabor de la Semana Santa jerezana.
Esa es la misión principal de un hermano mayor que se ha propuesto además consolidar la comunicación fluida con sus hermanos, tener mayor protagonismo en el Pleno de hermanos mayores del que actualmente posee la hermandad de la Vera-Cruz, aumentar y restaurar el patrimonio existente, y sobre todo, la labor más complicada, aumentar el número de hermanos de la cofradía y reforzar las relaciones con la comunidad marianista, deteriorada en esta última legislatura. Labor complicada esta última porque la hermandad no tiene previsto bajo ningún concepto abandonar su sede canónica actual, que le permite un gran lucimiento el Jueves Santo, pero que la arrincona y separa de la realidad demográfica de una ciudad que cada vez ha abandonado más el centro.