Demasiado Red Bull para Alonso

Los sábados en la Fórmula 1 son de Red Bull y así lo acepta el resto, condenados a una batalla menor, ya que los días de carrera siempre sale un coche azul desde el primer cajón de la parrilla. Los bólidos energéticos, infalibles en la lucha contra el crono, llevan once de doce 'poles' (solo Hamilton se saltó el guión en el Gran Premio de Canadá) y Sebastian Vettel, con la de ayer, ya acumula siete, las cuatro últimas de forma consecutiva.

En Hungría, circuito plagado de curvas en donde el agarre es fundamental, el dominio del equipo Red Bull fue abrumador, por momentos casi insultante. A más de un segundo, una distancia sideral (en Alemania fueron dos insignificantes milésimas), terminó la calificación Fernando Alonso, que sin embargo vive feliz con su tercera posición ya que saldrá por la parte limpia de la pista, un privilegio para negociar los dos primeros virajes.

Sigue el Mundial la tendencia de Hockenheim, con dos equipos superiores confabulados para derrocar a unos empequeñecidos McLaren que no se encuentran. Lewis Hamilton, líder del Mundial, sólo pudo ser quinto -por detrás de Massa- y Button, el perseguidor, ni siquiera entró en la Q3. Difícil de entender.

Red Bull pasó como un ciclón en Hungaroring, otra liga, pero el piloto asturiano atisba un hueco desde su casilla, convencido desde el pasado viernes de que salir justo por detrás de Vettel es mejor que hacerlo a su lado. Una rareza de la Fórmula 1 que se justifica en la secuencia de las dos primeras curvas (arranca por fuera y luego gana el interior), ya que a partir de ese momento resulta tremendamente difícil adelantar aquí, casi imposible.

A 34 puntos del maillot amarillo, recuperadas las buenas sensaciones con su triunfo germano siete días atrás, Alonso quiere irse de vacaciones subido al tren del Mundial y confirmar el renacer de Ferrari, más exigido que nunca en la salida: «Por la parte limpia creo que podemos tener una oportunidad de adelantar a uno de los Red Bull», vaticina. «Hay que salir bien y cruzar los dedos». Tendrá que pisar más fuerte que nunca porque Vettel y Webber están intratables, si bien es cierto que los domingos no responden igual.

Les acecha Fernando Alonso, el único que acercó mínimamente a su crono, y se entiende que las órdenes de equipo van por adelantado. ¿Atacará Webber a Vettel con el semáforo en verde o se encargará de cerrar la puerta a Alonso? Por si acaso, todos atentos a la radio, pero el propio piloto español, asustado cuando echa un vistazo a la pantalla de los tiempos, firma de antemano un podio. «Tal y como han ido las cosas con Button saliendo el once, es una oportunidad de oro para seguir remontando», apuntó.

Sorpresa

En el otro Mundial, pues hay vida más allá del título, una agradable sorpresa, por fin, para el español Pedro Martínez de la Rosa. Saldrá noveno en la parrilla, como en Silverstone, e invoca al más allá para estrenar su inmaculado casillero de puntos. «Estoy todavía mas contento que en Silverstone, porque aquí todavía es mas difícil para nosotros, porque no es un circuito rápido, no nos lo esperábamos, pero he dado tres o cuatro vueltas de esas que solo te salen una vez», declaró contento al final de la clasificación.

Por su parte, Jaime Alguersuari fue decimoséptimo: «Hay que estar contento por ello, pero también estamos desilusionados porque no han funcionado todas las novedades que hemos traído como esperábamos».

Y deja de ser noticia que el siete veces campeón del Mundial, Michael Schumacher, ni siquiera entró en la Q3.