Desafío a Berlusconi
Actualizado:El primer ministro Silvio Berlusconi, sabe por fin lo que es gobernar sin una apisonadora parlamentaria detrás: vive como en el último periodo de Romano Prodi, en precario, después de que su aliado y lider de Alianza Nacional, Gianfranco Fini, haya optado por la ruptura y el desafío. Aunque ayer excluía apoyar una moción de censura, Italia huele a elecciones anticipadas. Más allá del episodio, lo sucedido es toda una lección de hasta qué punto 'Il Cavaliere' ha terminado por hacer difícil la disciplina de su gran invento político-electoral, 'Pueblo de la Libertad'. Y lo ha conseguido por su pertinaz manía de gobernar a golpes de decreto-ley y, cuando no es posible, poniendo su mano de hierro en asuntos que, como por ejemplo, su intento de autoblindarse frente a los tribunales, exigían otro tratamiento. Fini le debe a Berlusconi gran parte de su peso político, empezando por el cargo de presidente de la Cámara. Y también la útil liquidación de su antigua condición de neofascista que le persiguió tanto tiempo. Pero el primer ministro ha ido demasiado lejos, y la diferencia sobre la llamada 'ley mordaza', que amenaza la libertad de los medios, ha sido la gota que ya no cabía en el vaso. Esto es el fin de una etapa y, tal vez, del berlusconismo.