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Berlusconi y Fini lloran la muerte de seis soldados italianos en Afganistán en septiembre de 2009. :: REUTERS
MUNDO

Fini planta cara al desprecio de Berlusconi

El presidente del Congreso italiano crea un nuevo partido tras ser expulsado de la coalición gobernante por 'Il Cavaliere'

EDER PÉREZ GARAY
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Silvio Berlusconi ya no es el monstruo político que fue en el pasado. La expulsión del presidente de la Cámara de los Diputados italiana, Gianfranco Fini, del gubernamental Pueblo de la Libertad la noche del jueves ha abierto la veda a una crisis de Gobierno que podría obligar a 'Il Cavaliere', otrora invencible, a convocar elecciones anticipadas si aumenta el número de diputados que ya se han unido a su adversario.

Se veía venir. Fini y Berlusconi, antes amigos, han protagonizado duros desencuentros en los últimos meses. La situación estalló anteayer cuando el segundo rechazó una oferta de tregua del político conservador al juzgarla tardía. «No estoy dispuesto a tolerar un partido dentro del partido», sentenció el 'premier'.

Acto seguido, Fini abandonó la formación de centro-derecha acompañado por una treintena de fieles que amenazan la estabilidad parlamentaria del primer ministro. Los 'finistas' han creado un nuevo grupo -Futuro y Libertad para Italia- que votará en contra de algunas medidas gubernamental. Según su líder, la nueva formación apoyará al Ejecutivo «cada vez que tome medidas incluidas en el programa electoral» y se opondrá a aquellas decisiones «injustamente lesivas para el interés general».

Al menos treinta y cinco diputados y quince senadores han marchado con el presidente del Congreso, y no se descarta que alguno más pueda sumárseles en las próximas horas. La coalición en el poder disfrutaba de una cómoda mayoría de 344 diputados sobre un total de 630. Aunque Berlusconi confía en no perderla, algunos analistas prevén que el Gobierno se tambalee si las cifras que aportan los tránsfugas son ciertas.

El primer ministro también exigió a Fini que abandone su cargo en la Cámara Baja y no descartó la presentación de una moción de censura para conseguirlo. Fini, por su parte, se negó en redondo recordando que el puesto que ostenta es institucional -el tercer representante del Estado por detrás del presidente de la república y el del Senado-, elegido por el Parlamento en representación del pueblo.

La ruptura entre ambos políticos marca la primera gran crisis que enfrenta el Pueblo de la Libertad, nacido hace sólo dieciséis meses de la unión entre Forza Italia, de Berlusconi, y la Alianza Nacional, de Fini. El ambicioso objetivo de convertirlo en el gran partido del centro-derecha italiano queda ahora roto por las desavenencias entre dos líderes muy distintos en las formas.

Los desencuentros entre ambos pesos pesados han sido sonoros casi desde el principio a cuenta de las visiones divergentes de uno y otro. Fini venía censurando el «abuso» de los decretos leyes por parte del Ejecutivo y Berlusconi tildándole de desleal. Pero las diferencias son de fondo y van mucho más allá. El líder del recién nacido Futuro y Libertad cree que el 'premier' tiene un «concepto empresarial» del Estado y «una idea no liberal de la democracia». El antiguo líder de Alianza Nacional no veía con buenos ojos, además, la estrecha alianza electoral entre la Liga Norte -de implantación en las regiones septentrionales y cada vez más nacionalista- y su antigua formación.

El líder del partido padano, Umberto Bossi, es también diputado en Roma y ministro de Reformas Federales. Ayer, al ser interpelado sobre la escisión de Fini y el futuro de la coalición gubernamental, respondió alzando el dedo corazón a los periodistas. Los miembros del gabinete han cerrado filas en torno a Berlusconi, que ha prometido no llevar a cabo cambios en el Gobierno.

Entre tanto, los números del dirigente siguen cayendo en las encuestas, una constante desde hace dos años. Sólo la agresión que sufrió en Milán el pasado diciembre, cuando un perturbado le lanzó un objetdo dio un respiro a 'Il Cavaliere'. El ligero repunte no ha impedido que su evolución en las encuestas siga a la baja al calor de sus innumerables polémicas, aunque sigue siendo el integrante más valorado de su Gobierno.