«En esta etapa final estamos ganando definitivamente la batalla a ETA»
El presidente del Gobierno afirma que el PP está siempre informado de la política penitenciaria de Rubalcaba
MADRID.Actualizado:Los acercamientos de presos etarras, como el de la sanguinaria Idoia López Liaño, 'La Tigresa', o Inés del Rio Prada, con 24 asesinatos a sus espaldas, forman parte, según justificó ayer José Luis Rodríguez Zapatero, de la estrategia antiterrorista. El presidente del Gobierno -que hizo en Moncloa un balance de su gestión este semestre- defendió que la política penitenciaria de su Ejecutivo es exactamente «la misma» que se ha llevado a cabo durante «años», dentro de la «máxima legalidad» y con el «conocimiento de quien los debía conocer».
Las noticias de los últimos movimientos a cárceles del País Vasco o cercanas a esta comunidad autónoma han provocado en estos días los primeros síntomas de resquebrajamiento de la unidad de PSOE y PP en la lucha contra ETA. Este hecho obligó a Zapatero a dar un salto cualitativo en sus ya conocidos análisis sobre la debilidad de la banda. Si el fracaso del 'proceso de paz' lo llevó durante un tiempo a acompañar sus pronósticos esperanzadores de prudencia y prevención, en esta ocasión se mostró contundente. «En esta etapa final -dijo- estamos ganando definitivamente la batalla».
Hace meses que el presidente del Gobierno se muestra especialmente proclive a reivindicar su labor en materia antiterrorista. Pero no solo la posterior a la voladura de la T-4 sino, quizá con más intensidad, la anterior, la del diálogo con ETA y Batasuna. «El proceso de paz fue un instrumento que, sin duda alguna, aceleró las condiciones para ganar esa batalla contra la violencia debilitando de una manera clara sus apoyos y ampliando las voces y las apuestas políticas a favor de la erradicación de la violencia», se congratuló.
En todo caso, dejó claro que, una vez dado aquel paso y obtenida una respuesta decepcionante por parte de ETA, lo único aceptable es que abandone las armas. «Y que no espere nada a cambio -añadió-. Nada». Tampoco abrió resquicio alguno al entendimiento con Batasuna o sus sucesores en tanto «no se separen de la violencia». Es más, puso sobre la mesa la reforma de la ley electoral acordada recientemente con el PP para cegar las rendijas por las que aún pudieran colarse en las instituciones. «Que sepan que si lo consiguen -subrayó- serán expulsados».
Por si este compromiso no servía para aplacar los recelos surgidos en el principal partido de la oposición, Zapatero también recurrió al reproche. Calificó de «absolutamente inaceptable» que se caiga en la tentación de hacer «polémica política» de la lucha antiterrorista «con el balance de eficacia» del ministro del Interior. E hizo un llamamiento expreso, como presidente del Gobierno, para que «no volvamos a abrir este tema en el debate político».
Fuera de debate
Algo parecido reclamó en un tema radicalmente distinto, el de los toros. Zapatero respaldó la posición del presidente de la Generalitat, José Montilla, contrario a la prohibición de las corridas, pero descartó secundar la iniciativa del PP para convertirlas en bien de interés general a fin de lograr que su regulación sea competencia exclusiva del Estado. «El Gobierno es y será respetuoso con las competencias de las comunidades autónomas -avisó-; se puede discrepar de la decisión, pero no se puede politizar».
En su balance, también tuvo que hacer hueco al desmentido de rumores. Negó, por enésima vez, que ronde por su mente una remodelación ministerial y descartó la posibilidad de verse abocado a un adelanto electoral ante la imposibilidad de sacar adelante los presupuestos de 2011 por falta de apoyos parlamentarios. «Existen condiciones para una actitud responsable de los grupos», dijo en un claro guiño a PNV y CIU, las fuerzas parlamentarias que, hasta ahora, han facilitado con su abstención la aprobación de las reformas económicas más polémicas. No en vano, confesó tener la «tentación» de decir que los nacionalistas han hecho más por la estabilidad de España que el PP, pero se resistió y se limitó a agradecer su colaboración.