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La ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, junto al matador de toros retirado Luis Francisco Esplá, en una corrida en Las Ventas. :: EFE
ESPAÑA

El Gobierno entiende los toros como «cultura» pero rechaza protegerlos

El PP corresponsabiliza de la prohibición a los socialistas a pesar de que el PSC votó mayoritariamente en contra

R. C.
MADRID.Actualizado:

El PP no ha presentado aún en el Congreso su iniciativa para intentar neutralizar la prohibición de las corridas de toros en Cataluña, pero ya ha obtenido respuesta del Gobierno. El vicepresidente tercero, Manuel Chaves, anticipó ayer una posición contraria. No porque comparta la decisión adoptada por el Parlamento catalán sino porque, a su juicio, lo que pretende el primer partido de la oposición es alimentar una reacción anticatalanista en la creencia de que le dará réditos políticos. «Es -reprochó- entrar en el mismo juego que quieren los independentistas catalanes».

El dirigente socialista alegó que la estrategia puesta en marcha por los populares a raíz de este asunto es homologable a la que desplegó durante la tramitación del 'Estatut', cuando se dedicó a recoger firmas por toda España en las que pedía que se sometiera a referéndum el texto catalán. Aquella iniciativa no sirvió de nada. Los cuatro millones de apoyos recibidos -no todos ellos válidos- descansan en cajas sin abrir en un polígono industrial de Azuqueca de Henares (Madrid). El PP intentó la vía de llevar el asunto a pleno como iniciativa propia, pero ni un solo partido en la Cámara Baja la respaldó y murió sin más.

Lo que sí se logró, denuncian en el partido gubernamental, fue provocar un fuerte sentimiento de rechazo hacia lo catalán y generar crispación. Ahora, según Chaves, vuelven a «las andadas». «Situar el tema de los toros en un contexto no solo de confrontación política, sino también de confrontación cívica y ciudadana, me parece una grave irresponsabilidad que lo único que busca -insistió en un acto en su ministerio- es dividir a los españoles».

La denuncia viene acompañada, aún así, de una defensa del espectáculo taurino por parte de la mayoría de los miembros del gabinete Zapatero. Una de las últimas en pronunciarse, con pasión de «aficionada», fue la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde. No solo afirmó con rotundidad que el toreo «es cultura». Además, alegó que se trata de una fiesta que sigue teniendo «plena vigencia» a día de hoy como «arte de representación de la vida». «Son un ritual que nos enfrenta a dilemas de la existencia muy profundos, que tienen mucho sentido en pleno 2010», remarcó en la cadena Ser.

El propio Chaves afirmó que no considera razonable que se prohíba algo que es una «tradición» tanto en Cataluña como en España, pero lo que negó es que el 'Parlament' se haya arrogado una competencia que no es suya, como señalan algunos juristas.

Cruce de dardos

El caso es que el intento del Gobierno de aplacar el debate sin entrar al trapo del Partido Popular ha abierto un filón al partido opositor, que lo hace corresponsable de la decisión adoptada en Cataluña, a pesar de que el PSC votó, en su gran mayoría, contra la prohibición. «Hoy hay muchas personas que están muy defraudadas no solo con los partidos nacionalistas catalanes, también con el Partido Socialista, por permitir que en Cataluña haya pasado lo que ha pasado, que es el fin de la libertad en un ámbito muy importante», acusó la secretaria general del PP, Dolores Cospedal.

La número dos de Mariano Rajoy insistió en que «lamentablemente» es un hecho que en Cataluña se ha llevado a cabo una manifestación contra una sentencia del Tribunal Constitucional y que se ha prohibido la Fiesta de los toros. «Si defienden los toros, que lo hagan en el Comité Federal del partido y no solo en declaraciones grandilocuentes», demandó.

En privado, son muchos los dirigentes socialistas que admiten que toda esta polémica les pasará factura. Muchos incluso comulgan con el PP en sus tesis de que tras la votación del Parlamento se esconde una ofensiva nacionalista e independentista. En su página web, el diputado Juan Luis Rascón lo apuntó. «Lo que no entiendo bien es el empeño de prohibir sin necesidad y, más todavía, prohibir las corridas de toros, pero no los demás espectáculos degradantes con ese animal ¿Se esconde algo en esta decisión contradictoria e inconsecuente?», se preguntó.