«Tarde o temprano alguien va a pagar»
Martín Escobar Policía en Tucson
TUCSON.Actualizado:Martin Escobar vive en el Oeste Americano y es un hombre solo ante el peligro. Lleva dos pistolas al cinto y un corazón de oro. Hasta hace poco era un hombre sencillo e introvertido que hablaba poco, no le gustaba señalarse y menos meterse en problemas. Quince años en el cuerpo, padre de dos hijos a los 45 años, residente de EEUU desde los 5 años. Había jurado defender la ley y eso es lo que hacía cada noche, patrullando las calles de Tucson. Hasta que un día la ley se volvió en contra de su propia gente y le salió el justiciero que lleva dentro.
-¿Qué aspecto tiene un inmigrante ilegal?
-Eso es lo que quisiera saber yo. Hasta le preguntaron a la gobernadora cuando firmó la ley y no supo responder. En este área hay mucho inmigrante legal e ilegal, ¿cómo averiguamos la diferencia a simple vista sin aplicar un perfil racial?
-¿Le preguntó a sus jefes cómo hacerlo?
-Le pregunté a mis compañeros qué factores iban a usar: que hablen mal inglés o cómo se vistan. No creo que entiendan muy bien el delito de encasillar racialmente a alguien, porque si aplican esos factores lo estarán cometiendo.
-¿Y qué pasa si le piden a alguien la identificación y no la lleva encima?
-Los que están de acuerdo con la ley dicen que es lo único que la gente tiene que hacer, llevar encima su identificación, pero ¿sabes cuánta gente no la lleva en ese momento por cualquier motivo? Yo mismo hoy salí apurado de casa y cuando me he echado mano a la cartera no la llevo encima.
-¿Y hay sitio en las cárceles para detener a tanta gente?
-¡Si ahorita están llenas, imagínese! Es lo que no tomaron en cuenta los que hicieron esta ley, o cómo se iba a pagar por esto. En Tucson no tenemos cárcel propia, sino que usamos la del condado del sheriff, que cobra como 200 dólares diarios por detenido.