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El rostro de Óscar

Somos generosos en las donaciones y, además, contamos con una sanidad ejemplar

JOSÉ MARÍA CALLEJA
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Tiene nombre de premio que se entrega a actor estrella de cine, pero hasta ahora no podía enseñar su cara a los demás; es joven, pero hasta ahora no conseguía que la gente le mirase como a otros jóvenes; le gusta pescar, pero no podía ir donde otros pescadores. Cuatro meses después de una operación realizada por un flota de médicos y enfermeros con talento, Óscar, 31 años, nos ha mostrado su cara.

Hace cinco años, Óscar tuvo un accidente de trafico que le dejó con vida, pero sin cara. No podía ni comer como lo hacemos el resto, ni salir a la calle, como hacemos todos, ni dar un beso como nos gusta a casi todos. Después de años de espera, Óscar encontró una familia lo suficientemente generosa como para sobreponerse a la tragedia de la pérdida de un hijo, dispuesta a darle la vuelta a ese dolor y a convertir la muerte en vida hasta el punto de donar la cara del fallecido. Así, a la tragedia del accidente de tráfico del joven Óscar le hizo frente la generosa solidaridad de la familia de un donante muerto, quien sabe si en otro accidente similar; a la tragedia de perder la cara, le hizo frente el talento y el trabajo de un complejo equipo médico que ha conseguido que Óscar tenga una cara con la que mirarse en el espejo y con la que poder reconocerse en parte de lo que fue.

En Óscar se ha unido el peor de los azares, perder la cara, con el mejor de los azares, encontrar una familia dispuesta a darle la cara llena de vida de uno que acababa de perderla. España es el país más generoso del mundo en cuanto a donaciones de órganos. La eficacia en la lucha contra las muertes en accidentes de tráfico había reducido de manera considerable estas donaciones, pero la generosidad sigue siendo constante entre los españoles. Somos generosos en las donaciones y, además, contamos con una sanidad pública ejemplar, que resiste los ataques de quienes quieren privatizarla, de los que sostienen que este sistema de calidad, solidario y generoso es insostenible. El Hospital del Vall d´Hebron de Barcelona, con un amplio equipo de profesionales, dirigido por el doctor Joan-Pere Barret, ha hecho este primer transplante completo de cara que sigue a otros parciales que se habían hecho antes en los hospitales la Fe de Valencia y en el Virgen del Rocío de Sevilla.

Alguien puede sostener que todo esto es muy caro porque al fin y al cabo este despliegue de medios es para una sola persona. Yo estoy orgulloso de vivir en una sociedad en la que se emplea el dinero que haga falta para mejorar la calidad de vida de una sola persona, para que ese Óscar de 31 años pueda empezar a comer, sueñe con sonreír y sepa que algún día saldrá a la calle sin que los otros, los que hemos pagado su operación, le miremos con cara rara.