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DE ZORRILLA A LA MAREA

PROMESAS SIN FECHA

A la vista del solar del futuro hospital conviene no creer nunca los juramentos de los políticos ni de los novios

INMACULADA MACÍAS
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Mientras el viernes por la tarde esperaba el autobús de línea en la parada del Mercadona, la que da justo a los antiguos terrenos de CASA , tuve tiempo de sobra -casi se me derrite el helado de ron con pasas- de observar el solar donde en teoría ya debería haber empezado la obra del nuevo hospital. La vista me traicionó y confundí un ladrillo con una rata y un saco de cemento con una bolsa de basura que algún impresentable habría tirado pensando que aquello es una escombrera.

Lo cierto es que el debate sobre si el segundo puente estará o no terminado en el 2012, ha dejado en un segundo plano el de la construcción del nuevo centro sanitario junto a Puntales que, según anunció en su día el por aquel entonces presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, entraría en funcionamiento en el 2012. Y está visto que de los políticos poco hay que creerse. Las hemerotecas son sus peores enemigas.

Todavía recuerdo aquel domingo 13 de enero de 2008, a las doce y media de la mañana y un día antes de que el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, disolviera el Gobierno y convocase elecciones para el 9 de marzo, cuando citaron a los medios de comunicación porque el ministro Jesús Caldera y el presidente Chaves venían a Cádiz a la firma del convenio de colaboración entre la Consejería de Economía y Hacienda, la Consejería de Salud y el SAS con el Ayuntamiento de Cádiz y el Consorcio de la Zona Franca para disponer del terreno que ocuparía el nuevo hospital.

No se podían haber esperado hasta el lunes, que hay más personal trabajando en los medios, tenía que ser un domingo y con toda la plana mayor. En fin, gajes del oficio. Ese día, Manuel Chaves se comprometía ante más de doscientas personas -entre cargos institucionales, orgánicos, militantes, jefes de servicio del Puerta del Mar y representantes vecinales- a que el nuevo hospital que se construiría en los antiguos terrenos de CASA, con una inversión de 200 millones de euros (47 menos que el segundo puente), estaría «construido y a pleno rendimiento a mediados del año 2012».

Ese día, también, en primera página de La Voz, denunciábamos la falta de especialistas en el Puerta del Mar debido al decreto que entró en vigor en noviembre de 2004 y que declaraba la jubilación forzosa del personal del Servicio Andaluz de Salud a los 65 años -en virtud de la aplicación del Estatuto Marco, aprobado por el anterior ejecutivo del PP en el 2003-, el cual dejaba al centro de referencia de la provincia con 15 especialistas menos -entre jefes de servicio y jefes de sección-; eso, sin contar con la baja voluntaria meses antes del responsable de Cirugía Pediátrica, el doctor Jorge Rodríguez de Alarcón.

Paradojas de la vida, ahora quieren ampliar hasta los 70 la jubilación porque la cosa está cortita y ni se sabe cuándo empezará la obra del hospital. Bueno, a lo que iba.

Ese día el ambiente estaba caldeadito, no sólo porque el acto lo presidía el ministro Caldera, sino porque la noticia no había sentado nada bien en el SAS, sobre todo en un día tan especial, con la firma de un convenio que garantizaba que todas las partes estaban de acuerdo y que Cádiz contaría con esta moderna infraestructura sanitaria, «la mejor de Andalucía», para el 2012, y cuya obra «daría más trabajo que el segundo puente», oí decir entre los invitados.

Escribo esto el viernes 23 de julio y, como les decía al principio, vengo del Mercadona, sin el helado de ron con pasas que se me ha derretido por el camino, y con una sensación extraña después de observar el solar y recordar el esfuerzo que en su día hizo más de un político (en este caso hay que reconocerlo) por llegar a un acuerdo con la Tesorería de la Seguridad Social, dueña del solar de la Avenida y que era un hueso duro de roer.

Por eso yo soy de las que piensan que las promesas de los políticos, como las de los novios, es mejor no creerlas, o al menos no ponerles fechas de caducidad.

En las declaraciones de los políticos la prudencia a la hora de dar fechas es la mejor aliada, como los novios que fijan la boda para año y medio, nadie sabe lo que puede pasar en ese tiempo.